Te entiendo perfectamente cuando dices que se te da mejor el relato breve, a mí me pasa lo mismo, me siento más cómoda escribiendo historias cortas pero "intensas". No me sé estrujar la cabeza lo suficiente para crear una trama larga en la que se vayan añadiendo personajes y giros a la historia.
Leyendo los comentarios me he dado cuenta de algunas cosas y he concordado con otras, por eso voy a comentar sobre algunas de las cosas que ya se han dicho:
1. Al leerlo me ha enganchado pero tengo que decir que yo tampoco conocía la referencia bíblica de la que hablas. Mi ignorancia se debe a una serie de circunstancias personales pero la verdad es que me parece que para disfrutar de este relato no hace falta conocer este dato. Se puede jugar con ello de manera que a la vez que los que conocen la referencia se sonríen con el guiño, a los que no, se les sorprende con un final intenso.
2. También concuerdo con los demás en lo de las frases algo forzadas. Si no forzadas, quizá demasiado rebuscadas o repensadas. Las frases largas en mi opinión están bien siempre y cuando suenen naturales.
3. A mí este relato tampoco me acaba de cuadrar en el género pulp. Como ya se ha comentado lo suyo sería detallar algunas escenas un poco más o enfocarlo de otra manera (aunque esto, a dos días de que se termine el plazo, es ya bastante utópico, lo sé). Quizás si no usaras el flashback como recurso y lo contaras en presente y detallando alguna escena, se podría conseguir un aura de pulp.
4. Sobre la temática de terror para Halloween yo lo veo bien, quizás podrías hacer un poco más de hincapié en la vida del personaje como licántropo. Una escena en la que se le viera propiamente "sembrando el pánico" ya le daría ese "toque" de terror. Pero yo, en cuanto a este tema, lo veo correcto.
5. En cuanto al título, se me ocurrió algo como "Y soplaré y soplaré..." pero vamos, que también sería en la línea de lo que ha propuesto Sergio con "¿A qué teme el lobo feroz?" y también ya anticiparía un aspecto de la trama que es importante.
Al terminar de leerlo no he podido evitar acordarme del Porco Rosso del Estudio Ghibli