No me cabe la menor duda de que mucha gente no solo está preparada para recibir un apocalipsis zombi, sino que incluso lo está deseando. Son muchos quienes desean que esto suceda, y así poner en práctica toda su estrategia y conocimientos adquiridos desde que los zombis de George Romero nos despertaron la inquietud. Un apocalipsis zombi suena como un divertido reto a superar; sin embargo… ¿realmente estamos preparados?, y lo que es peor todavía ¿te imaginas a huyendo a la carrera de un caracol que pretende devorarte el cerebro?
Pistolas de munición infinita, gesto impávido y mal encarado hasta cuando follaban, tiros y explosiones ya en los títulos de crédito…, así eran los héroes de acción y las películas de los ochenta. Músculos y mucha violencia para unas tramas que de ninguna manera podían ser más complicadas que un Cuaderno de Rubio —vistos hoy en día, porque de crio… —. Los malos siempre eran muy malos; y los buenos siempre unos caballeros prestos a salvar a la doncella, unas veces una inocente rubia, y otras una incauta muchachita de estética ciberpunk…, o con unas blusas a cuadros poco recomendables…, por no hablar de sus bragas, y es que la lencería de los ochenta no es como la de ahora. Aquellos eran otros tiempos.
La fascinante historia del buque acorazado que desapareció sin dejar rastro el 22 de febrero de 1949; fuente de inspiración para nuestra novela pulp: Zombis vs Vampiros. [ACTUALIZACIÓN: Con la tercera edición hemos cambiado el título de la novela a «USS VERGENT», así como la portada»]. En primer lugar conozcamos algunos detalles acerca de estas fortalezas flotantes, asombrosas en todas sus dimensiones: los acorazados, Capital Ships antes de que los portaaviones cogiesen el relevo. ¿Te gustaría saber algo más del USS Vergent? Aquí tienes la guía que necesitas.
«Hogar de uno de los faros más remotos del Reino Unido, las Islas Flannan han advertido del peligro a los barcos que navegaban por el Atlántico durante más de 100 años. Sin embargo, durante una semana en diciembre de 1900, ninguna señal llegó de las Islas. Cuando se envió un barco para investigar, la tripulación descubrió que el faro había sido abandonado y los tres fareros habían desaparecido. Allí encontraron que la comida estaba preparada pero no se había tocado, además de una silla volcada. Asimismo, el reloj se había parado. Nunca se encontró a los tres fareros y hasta el día de hoy las solitarias islas están envueltas en una leyenda. La historia ha inspirado ópera y poesía y se dice que tres grandes pájaros negros patrullan la isla». (Canal Historia)
La mayoría de los relatos de misterio y horror que conocemos suelen estar basados en hechos más o menos reales. Es por ello que, buscando sucesos de este tipo que nos puedan servir como base, o cuando menos para estimular un poquito nuestra imaginación, me he encontrado con este misterio que desconocía, y creo que se le puede sacar bastante partido. Hablamos de “El misterio de las islas Flannan”, y al igual que hemos hecho en una entrada anterior, acerca de la extraña muerte del multimillonario Alfred Lowenstein, ahora, además de contaros un poco por encima de qué se trata, haremos nuestras propias elucubraciones. Todo ello por cortesía de “Canal Historia”.
«El 4 de julio de 1928, un avión privado despegó de la pista de Croydon, el mayor aeropuerto comercial de Inglaterra, con destino a Bruselas. A bordo se encontraba el financiero belga Alfred Lowenstein, uno de los hombres más ricos del mundo. Cuando el avión aterrizó, el genio financiero ya no se hallaba a bordo. En algún lugar sobre el canal de la Mancha, a una altitud de más de 1.200 metros, Alfred Lowenstein había desaparecido sin dejar rastro. ¿Había sufrido un desafortunado accidente y se había caído del avión? ¿Fue asesinado? Su desaparición, teniendo en cuenta que tenía numerosos enemigos y una gran fortuna, resultó profundamente sospechosa. Hoy en día sigue siendo un misterio» (Canal Historia)
Cuando el término “pulp” aparece en medio de alguna conversación, la mayoría de las personas rápidamente lo asocia con la película de Tarantino, “Pulp Fiction”, y la verdad, no van desencaminadas. Ahora bien, identificar toda la Pulp Fiction Americana de los años 20, 30, y 40 con esta película, es un absoluto despropósito. Desde un punto de vista etimológico, “pulp” hace referencia a un tipo de pulpa de madera con la que se fabricaba un papel amarillento, astroso y de muy mala calidad. Ese papel barato era el que se utilizaba a principios del siglo XX para las publicaciones de la época, las llamadas revistas pulp «magazines pulps». En palabras de Fernando Savater “el contenido de los pulps sería una literatura de tipo extrovertido, es decir, aquella que se centra en la acción misma y hace poco hincapié en los resortes que la mueven o los supone elementales: da prioridad al «qué» y aún más al «cómo» sobre el «por qué»; gusta de colores vivos, especias fuertes, ritmo ágil, y prefiere la exhibición muscular al análisis emotivo”.
Uno de los iconos más representativos del movimiento pulp —propio de los años 20, 30 y 40—, al margen de los distintos estilos como son la Weird Menace, el Haird Boiled, la Ciencia Ficción, el Western, o La Espada y Brujería, entre otros; son sin duda los superhéroes. Muchos de ellos perduran en la actualidad —con más o menos fortuna—, como es el caso de The Shadow; Flash Gordon; Captain Future; Doc Savage; Buck Rogers, etc.—, pero otros muchos han sido completamente olvidados para siempre —hasta que alguien le de por rescatarlos y hacerles una puesta a punto, claro está—. En este artículo hablaremos de G-8 y sus Battle Aces, del escritor Robert J. Hogan.