Por norma, los relatos de horror suelen basarse, o bien en una serie de tópicos ya bien conocidos, o bien directamente en aquellos miedos propios del escritor. Es como si a través de un buen puñado de los renglones malditos, el autor tratase de exorcizar sus demonios, pero en realidad lo que hace es poner de manifiesto aquellos temores que permanecen ocultos en algun lugar de la psique humana, aunque no seamos..., o no queramos ser conscientes de ello. Una de estas fobias, bastante recurrente, y que nos ha regalado un sin fin de relatos pulp, es sin duda alguna la Tafiofobia, o miedo a ser enterrado vivo. Por extensión, también se utiliza el vocablo para definir todo miedo irracional que experimentan algunas personas en torno a los cementerios.