He decidido escribir este artículo a partir de mi propia experiencia, que no sé si llamarlo review, tutorial o, simplemente, un ejercicio de opinión. Como muchos de vosotros ya sabréis, somos una editorial humilde, a veces demasiado, y por lo tanto de escasos o nulos recursos, pero eso no nos impide en modo alguno dar rienda suelta a todos nuestros procesos creativos, que son muchos y variados, como se puede comprobar. Hasta la fecha únicamente nos dedicábamos a las publicaciones digitales (eBooks), pero tras el hackeo sufrido en la web, del que ya dimos buena cuenta hace algunas semanas, y que a punto estuvo de hacer que desapareciésemos, he reflexionado; y he decidido tomar un cambio de dirección. ¡Lo imprimiremos todo! Con tiempo y paciencia, claro está, pero no quiero dejar este mundo sin antes colocar copias impresas de nuestras obras en diferentes bibliotecas, bares, cines, discotecas, salones recreativos, y hasta en el Corte Inglés —para esto tendré que urdir un plan maestro y, sin que nadie se dé cuenta, sacar los libros de una mochila y colocarlos por los estantes, a hurtadillas; de lo contrario lo veo entre difícil e imposible—; así quedará constancia física de todo nuestro trabajo. La idea no suena mal, el problema es ponerse manos a la obra y, tras darle muchas vueltas a las diferentes opciones, hemos elegido «CreateSpace», el servicio de impresión bajo demanda de Amazon y, en las lineas que siguen, como complemento al post que en su día publicamos en nuestros foros: Como publicar en CreateSpace de Amazon, y al cual os remitimos si queréis plantear dudas o necesitáis consejo (los foros son más útiles que los sistemas de comentarios de los artículos), dejamos constancia de nuestra «experiencia».
En el último artículo que escribí, que trataba sobre el tema de las Casas Encantadas, ya cité una película de la productora Amicus titulada La Mansión de los Crímenes. Es una peli de relatos, donde el segundo de ellos trataba sobre un individuo que visitaba un museo de cera donde una de las esculturas tenía un parecido asombroso con una mujer que conocía. Pues bien, en este artículo vamos a hablar de este tema en concreto. Dentro de las historias de terror, el mundo de los museos de cera constituye uno de los subgéneros más amados (y explotados) por todos. ¿Acaso no resulta inquietante contemplar efigies en extremo parecidas a nosotros, con esos rostros brillantes y pulidos, que normalmente representan afamados iconos del terror? Salas mal iluminadas, llenas de estatuas cerúleas inmóviles, donde reina un ambiente siniestro en cuyos rincones oscuros acechan ocultos a nuestros ojos los asesinos más retorcidos que cabría imaginar. ¿O tal vez el asesino es una de las esculturas de cera, disimulando mientras vigila cada uno de nuestros movimientos a la espera de asestar el golpe definitivo cuando menos lo sospechamos? Bienvenidos al horror de lo que se oculta en…¡los Museos de Cera!
Olga Mesmer es una de las primeras superheroínas del pulp, y una de las más destacadas; aunque debo reconocer que, por la parte que me toca, no tenía ni la menor idea de su existencia. El caso es que llevo un tiempo buscando información acerca de mujeres con súper poderes de la era dorada pulp, y a ser posible, ya sea de forma directa o indirecta, que no tuviesen relación alguna con los personajes que todos conocemos y tan afines a Hollywood, ya sea la Mujer Maravilla, BatGirl, CatWoman o SuperGirl; demasiado conocidas para mi propósito —buscar inspiración para una nueva historia que tengo en mente—. Rebuscando en la esencia primaria del pulp es donde uno se encuentra las cosas más fascinantes, y a poco que rasques saltan nombres como Fantomach; Domino Lady; The Woman In Red; Lady Satan; Mother Hubbard; The Spider Queen, o la que ahora nos ocupa, «Olga Mesmer», solo por citar algunos nombres a modo de ejemplo.
Novelas y películas de casas encantandas, ¿por qué nos gustan tanto? Mansiones embrujadas que se alzan en la noche, puertas que se abren y se cierran de forma misteriosa, ruidos inquietantes, espíritus siniestros que rondan de habitación en habitación perturbando la paz de los inquilinos, fenómenos extraños que nadie puede explicar… Lugares como el 112 de Ocean Avenue (Amityville), la Mansión Winchester en San José (California), o la Casa del Consejo de Brimsdown en Enfield (Inglaterra), son solo algunos ejemplos de moradas donde actúan fuerzas desconocidas, ya sean fantasmas, maldiciones o poltergeists. Las casas encantadas conforman uno de los temas más apasionantes tanto en la literatura como en el cine y la televisión, evolucionando desde los primeros relatos góticos del siglo XVIII (empezando por El Castillo de Otranto de Horace Walpole, que inició el género), pasando por los inicios del terror moderno (como La Caída de la Casa Usher, de Edgar Allan Poe) hasta las películas de hoy en día como La Cumbre Escarlata (Guillermo del Toro, 2015). Y aunque en principio uno pudiera pensar que todas las obras ubicadas dentro de este amplio género debieran ser muy parecidas entre sí, esto no ocurre en absoluto, pues cada historia se desarrolla en base a factores completamente diferentes (presencia de fantasmas, crímenes violentos, dramas personales, fenómenos paranormales que al final son simplemente trucos, espiritismo, vudú, etc). Y a pesar de tales diferencias, todas estas historias tienen un elemento común que las une, que no es otro que el auténtico protagonista: la casa (que en función del relato puede variar en hotel, mansión gótica, manicomio, hospital abandonado e incluso una pequeña cabaña perdida en un inmenso bosque siniestro).
Para muchos de vosotros no necesita presentación, pues Vidal Fernández Solano, además de escritor, es uno de nuestros colaboradores habituales y al que seguro ya habréis leido en más de una ocasión. Ahora, y tomando un poco como excusa la presentación de su último libro «Ecos de gente muerta, y otros relatos», le haremos algunas preguntas a modo de entrevista, y así saber un poco más sobre él. Respecto al libro, decir que se trata de una novela corta de terror y que, además, se acompaña de cinco relatos independientes, todos ellos de terror y fantasía. Estos cinco relatos llevan por título: La casa de al lado (una historia de fantasmas); Encargo especial (mafias y elementos sobrenaturales); Haga realidad sus sueños (fantasía terror tipo steampunk); The beast 2.0 (fantasía especulativa gótica); y Daemoniaca possessio (un relato de posesión en las montañas del norte de España). Pasemos a las preguntas y que sea el propio autor quien nos hable de todo esto.
Mantener un sitio web online es una tarea titánica, ¡qué os voy a decir! A la dificultad de producir contenido original, posicionarlo, y darse a conocer para atraer visitas, junto con las labores propias de un humilde escritor autoeditor, autodidacta, y auto lo que sea…, hay que añadirle todos los problemas técnicos que van surgiendo por el camino, y que en definitiva terminan por imponerse de tal forma, que al final, no te queda más remedio que dedicarle todo tu tiempo a este tipo de cuestiones tan ingratas. Ya no basta con tratar de hacer las cosas bien —o al menos mejor que la competencia—, para no perder visitas y te coman terreno, sino que además tenemos que vérnoslas con los jodidos spamers, los plagiadores de contenido adictos al copypaste, los piratas con fobia al esfuerzo ajeno, las leyes estúpidas como las «cookies», y…, quizás, los más temidos de todos, los hackers. Dentro de lo malo estos tienen su mérito; no todo el mundo tienen los conocimientos técnicos que ellos poseen; es una pena que no los aprovechen para cosas más positivas. En la entrada de hoy comentaré el último ataque que hemos sufrido, entre otras cosas porque aún no tengo ni idea ni de cuál era su objetivo, ni cómo se hizo, por lo que nada mejor que darlo a conocer, y ver si así alguien puede arrojar algo de luz. Pues bien, este tipo de ataque hacker comienza con un aviso en tu correo, que dice lo siguiente: «Google ha detectado que se ha añadido a (xxxxx [arroba] gmail [punto] com) como propietario de (tu sitio web)». ¿Esto qué significa?
A diferencia de artículos anteriores, donde las obras analizadas mostraban a los alienígenas como seres perversos ansiosos con hacerse con nuestro planeta a costa de asumir cuerpos humanos o bien de esclavizar sus mentes, en esta ocasión toca hablar de extraterrestres amistosos (y no, no es el E.T. cabezón de ojos grandes). El Amo Ha Muerto (Farewell to the Master, 1940) es un relato del escritor Harry Bates famoso por ser la base del guion de la película clásica de ciencia ficción Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood Still, 1951). En el presente artículo trataremos de analizar tanto el relato de Bates como la película clásica, además del remake de 2008 protagonizado por Keanu Reeves. Vayamos por partes.