«Después de abandonar las tierras orientales, el portador del Hacha Negra bordeó las costas del Mar de Quad y se adentró en el continente sureño, una tierra plagada de peligros y espeluznantes leyendas. Un territorio que alguna vez albergó a poderosas naciones que esclavizaron al mundo con el terror de la nigromancia».
Parecía que las planchas de metal ondulado que formaban el tejado del granero iban a ceder de un momento a otro. La furia de millones de impactos iba produciendo pequeñas abolladuras que crecían a medida que los mosquitos gigantes estrellaban sus picos, duros como el diamante, contra la estructura, debilitándola más y más.
Vernon y yo nos parecíamos como un reflejo el uno del otro. Sin embargo, en nuestro interior, éramos extremos opuestos. En una escala cromática, Vernon era negro y yo era blanco. En una escala de valores, Vernon era el malo y yo era el bueno.
¿Qué hay más allá de la muerte? Muchos intentan darnos una respuesta, pero solo los muertos saben qué nos espera al otro lado, y algunos vuelven para mostrarnos que lo más aterrador aún está entre nosotros.
El cartel, sobre la entrada clausurada, solo conservaba los restos de neón que en otro tiempo anunciaba habitaciones libres. Hotel Pizarelli, un antro desalojado y en desuso que permanecía en ruinas desde hacía más de treinta años. Al escenario del crimen, situado en el sótano del mismo edificio, se accedía desde la parte trasera, donde la luz del atardecer se colaba entre el laberinto de edificios y grandes almacenes.
Arrojaron al niño a un profundo pozo y, mientras caía agitando sus extremidades, fue engullido por las sombras.
De acuerdo con las bases de la convocatoria para la IV edición de nuestro concurso de relatos: Amanecer Pulp 2015. Bases convocatoria, y una vez finalizada la fase de valoración, publicamos la lista de las cinco obras seleccionadas para formar parte de la edición de este año, así como la ganadora del concurso. Antes de nada, agradecer a todos los participantes su confianza y, aquellos que no han tenido la fortuna de pasar el corte, animarles para que continúen esforzándose, pues quizás, la próxima vez tengan más suerte. Asimismo, también extender nuestro agradecimiento a los miembros del jurado, sobre quienes recae, sin duda alguna, la ingrata labor de leerse todas las obras a concurso y transformar en puntuaciones los sentimientos que cada una de ellas les transmite.