Dellamorte, Dellamore. El que cuenta no es el primer amor, sino el último. Si no lo es ya, esta película se merece el subtítulo “de culto”.
Si te gusta el cine pulp, y si te gustan las peliculas de zombies, tienes que ver Mi novia es un Zombie; y si no te gustan, también. Es una orden. Por desgracia, el título no acompaña. No sé quién será el “listillo” que traduce los títulos de las películas al español, y no sé si será algún enchufado que no sabe ni contar vocales, o algún cachondo con muy mala leche, pues en este caso se han pasado siete pueblos. Un título tal como es "Mi novia es un zombie", literalmente se carga la película. Cuando ves un título así lo primero que piensas es en una comedia adolescente llena de tópicos y chistes ñoños, desvirtuando por completo el público objetivo del film; adulto por supuesto. Incluso es probable que muchos de vosotros estéis pensando que nos referimos a la segunda parte de Memorias de un zombie adolescente (Warm Bodies, 2013), titulada también Mi novio es un zombie, en México, y estrenada el año pasado; pero no, nada de eso. El título original de la película que destacamos en esta ocasión, es Dellamorte Dellamore (Cemetery Man, en inglés, título desde luego mucho más apropiado que el utilizado en España para distribuirla). Una comedia romántica que nada tiene que ver con las memeces de otras películas con las que de forma errónea podríamos identificarla, y que, en esencia, incluso podríamos tener dificultades para clasificarla en uno u otro género. Al igual que la literatura pulp: ¿Qué es la Literatura Pulp?, es un todo un pastiche, donde el elemento principal es el protagonista, nexo entre la vida y la muerte. Y, quizás, la obra que inspiró a Tim Burton para su La Novia Cadáver (2005). Especulaciones al margen, lo que sí es cierto es que de aquí salió el conocido personaje de Dylan Dog, detective de lo oculto.
Si buscas hordas de zombies hambrientos, o el típico survival horror de un grupo de desgraciados atrapados en un, digamos ascensor, avión, submarino, taberna, o globo aerostático, y rodeados de tales alimañas redivivas, ésta no es tu película. Sí, hay muertos vivientes por doquier, de hecho la mayor parte de la trama se desarrolla en un cementerio, pero el objetivo no es avasallarnos con litros de sangre y casquería. Por momentos da la impresión que estamos ante una mágica historia de amor, pero es tal el cambio de registros que tiene la trama según avanza, que rápidamente pasamos de una situación romántica, a situaciones esperpénticas, con mensaje incluido. Y es que algunos de estos mensajes son torpedos directos a la línea de flotación. La retranca, y el humor negro, son una constante.
La trama se centra en Francesco Dellamorte, un tipo especial de porte tranquilo, seguro de sí mismo y que vive en el cementerio de Buffalora, norte de Italia, junto a su ayudante, discapacitado. Ambos cuidan de las instalaciones, y ejercen el oficio de enterrador. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, a los muertos les da por regresar a la vida, y Francisco debe rematarlos. Él no saba porqué sucede esto, pero tampoco le preocupa; él solo hace su trabajo, y le gusta. Las cosas se complicarán cuando conoce a una alegre viuda, el amor de su vida. Interpretada por Anna Falchi (Anna Kristiina Palomäki, famosa modelo italiana de las de toma pan y moja), tenemos algunas de las escenas más subidas de temperatura dentro del género, y que parece tanto le gustan a los directores italianos. En concreto me recuerda a la escena del cementerio que filmó Don Coscarelli para Phantasma, donde los amantes retozaban sobre una tumba, antes del fatal desenlace. Aquí sucede lo mismo, aunque con mayor encuadre, para dar cabida a los atributos femeninos, o así creo recordarlo. Y es que Anna Falchi, es mucha mujer.
Tal y como se ha encargado de reventarnos el título de la película traducido al español, el amor apasionado de Francisco, fallece, y se convierte en un zombie. A partir de ahí las cosas comenzarán a complicarse de mala manera para el protagonista, que, esclavo de los deseos de su novia, comprueba finalmente como ésta es, digamos, poco fiable y demasiado alegre (por no usar otro término, que estamos en horario infantil), y a poco que se lo proponga, termina acostándose con todos los muertos del cementerio, de este pueblo, y del vecino, si hace falta. Francisco se desespera, y en un arranque de lo más pulp, emprende una extraña huida en busca de respuestas que le lleva irremediablemente a una carrera en la que ya no distingue la diferencia entra la vida y la muerte.
Dellamorte Dellamore es una película italiana del año 1994, dirigida por Michele Soavi, un director de telefilms con talento y buenos trabajos, de la escuela de Dario Argento, y con buen gusto para el terror fantástico, pero que nunca ha logrado dar el salto definitivo a la primera línea de combate. En la retaguardia de nombres como Mario Bava, Fulci, o el propio Argento, lo intentó con varios films de género en la década de los ochenta, como Aquarius (1987), pero con el paso del tiempo, hasta nuestros días, sus trabajos han ido a menos: Michele Soavi. En cuanto al reparto, destaca el papel protagonista a cargo de Rupert Everett, actor y productor británico, también de segunda fila, que, sencillamente, clava el papel. Su novia zombie, Anna Falchi, toda una celebridad en Italia, aunque más por su faceta de modelo, que de actriz. Completa el reparto un excepcional François Hadji-Lazaro, que, en su papel de Gnaghi, nos ofrece el contrapunto necesario para que la historia tenga sentido, si es que logras entenderla, porque no es nada sencilla. Entre las notas curiosas, sorprende ver el nombre de Silvio Berlusconi, en colaboraciones y agradecimientos.
El guión es obra de Gianni Romoli, quien adapta la novela del escritor Tiziano Sclavi, titulada, como no Dellamorte Dellamore. A la mayoría de vosotros seguro que el nombre de Tiziano Sclavi no os dice nada, pero si os digo que es el autor de un personaje que hace poco saltó a la gran pantalla, y que se llama Dylan Dog, seguro que la cosa cambia. Comic Dylan Dog.
En definitiva, Dellamorte Dellamore, es una película muy compleja, difícil de entender, por el aluvión de mensajes, metáforas, y dobles, triples, o incluso cuádruples posibles interpretaciones, lo que hará que nos comamos el coco mucho más rápido de lo que lo haría una horda de zombies. Sin embargo, la belleza onírica de esta historia, lo sugerente que resulta, y la forma única que utiliza el protagonista en una más que seductora narración en primera persona, hace que esta película sea diferente, y muy, muy recomendable.
Parafraseando al protagonista: “tenemos toda la vida por delante, así que, no te la dejas atrás; en este caso, me refiero a la película. Y cuando la veas, no dudes en comentarla, a ver qué explicación tienes tú para ella, porque yo tengo unas cuantas, y no sé con cuál quedarme. ¿Es Franco, el funcionario municipal, la clave de todo?
Lo mejor: Ambientación, capacidad para sorprenderte, diálogos ingeniosos, esencia pulp de la buena, caracterización de los personajes, y las reflexiones que desarrolla, obligándote a verla por segunda vez.
Lo peor: El título traducido al español es todo un atentado a la dignidad cinematográfica.
Veredicto: ¡Imprescindible! Si no las has visto, ya estás tardando.