SkagBoys Irvine Welsh¡Realismo Sucio! Irvine Welsh cierra el círculo. Trainspotting, secuela y precuela

Estos días, a causa de un proyecto personal en el que me encuentro enfrascado, he estado buscando lecturas de tipo sucio, sin saber muy bien que ya existía un movimiento literario con su etiqueta correspondiente: Realismo Sucio. En algunos sitios he leído que tanto Charles Bukowski como Irvine Welsh son dos abanderados de este tipo de novelas, historias urbanas de perdedores, fracasados, con un lenguaje directo, sin florituras, y, en el fondo, una nueva forma de literatura pulp. Pero no buscaba solo eso, sino también degeneración, fantasía, algo de romanticismo, y ciertas dosis de lo absurdo. Algo así como «Fantasía Sucia», pero creo que este movimiento, al contrario, todavía no está ni clasificado ni descrito —o quizá sí, no lo sé—. Y más por torpeza, que por otra cosa, he estado deambulando entre diferentes títulos que podrían ir desde  La Fábrica de Avispas, de Iain Banks, hasta Tokio Blues, de Haruki Murakami, pero no encontraba nada que me satisficiese. Buscaba otra cosa, hasta que me acordé de Trainspotting, y entonces dije… ¡ostras, sí! Y tirando del hilo, llegamos al realismo sucio. Y ya de paso, me topé con la precuela de tan famosa película: Skagboys, que no tenía ni idea que existiese, y que, a pesar de ser editada en el año 2012, llegó a nuestras librerías la pasada primavera. Y aquí estoy yo, para hablar de todo esto, por si te interesa.

¿Qué es el Realismo Sucio? ¿Existe la Fantasía Sucia?

Se trata de un movimiento literario que nació en Estados Unidos, en el año 1950, y, según sus postulados, heredero del estilo pulp. Debido a su concreción en el lenguaje, directo, sencillo, se trata de un estilo más habitual en los relatos y las historias cortas que en las novelas tipo ladrillo de obra —o mejor dicho bloque de hormigón, que el otro se me queda corta para según qué casos—. Historias que suelen hablar de personajes fracasados al borde del abismo, y que se caracterizan por su misantropía. Algunos de los autores que representan este género son Bret Easton Ellis, su obra más conocida es American Psycho; Chuck Palahniuk, autor de El Club de la Lucha; J.D. Salinger, y su archiconocida El Guardían entre el Centeno; Charles Bukowski, con PULP, entre otras;  además de autores como Richard Ford o Raymond Carver. En la entrada de la Wikipedia: Realismo Sucio, no lo cita, pero sin duda Irvine Welsh es otro ejemplo a destacar. Pero como ya he dicho en el párrafo anterior, quien aquí suscribe —a no ser que ya esté creado—, desarrollará un nuevo concepto literario: «Fantasía Sucia», pero también es cierto que quizás, esto ya se llame de otra forma: ¿Qué es la Literatura Bizarra?

Trainspotting (1993) | Irvine Welsh

Las aventuras —mejor dicho desventuras— de Mark Renton (el pelirrojo), Spud Murphy (el colgado), Sick Boy (el enfermizo) y Begbie (el psicópata), hicieron famosos a sus personajes gracias a la película que les dio vida: Trainspotting, sin embargo, el punto de partida de esta locura la encontramos en la novela que el director Danny Boyle utilizó para la adaptación cinematográfica en que se basa. Dicha novela, de igual título —y que significa algo así como ver pasar los trenes, al igual que planespotting, pero con aviones—, fue escrita en el año 1993, por un total desconocido. Este autor, escocés y de mala vida en su juventud, es Irvine Welsh.

La película fue un éxito rotundo, lo que supuso un punto de inflexión en la obra de Irvine Welsh. Antes de que se rodase, la novela había revolucionado los cimientos de la literatura moderna británica, generando gran polémica por la crudeza y el realimismo con que se retrataba una generación de almas perdidas, de jóvenes normales que te cruzas todos los días por la calle. El lenguaje, directo y soez, y el contexto, típicamente de perdedores, de lo que hoy en día podríamos llamar «ninis», caló hondo, aunque toda la crítica social implícita en la historia finalmente queda subordinada al puro entretenimiento. A nadie le prepupa la reflexión que pueda suscitarnos, sino la simple diversión que destilan sus personajes, y lo mucho que nos hacen reir sus cabronadas. Irvine Welsh Wikipedia.

Porno (2002) Irvine Welsh: Trainspotting 2

La novela no se publicaría en España hasta el año 1996 (Editorial Anagrama), poco después del estreno de la película (Trainspotting, Dannny Boyle), y desde entonces han pasado ya unos cuantos años. Durante todo este tipo la trayectoria profesional del escritor nos ha deparado muy pocos títulos, siendo el más importante «Porno, 2002». Este título es la secuela de Trainspotting (Trainspotting 2), continuando las andanzas de los personajes allí donde ésta lo dejó. Resulta extraño que, dado el tirón comercial de estos personajes nadie se hubiese animado a llevar la secuela al cine, al menos de momento. Según se rumorea existen planes para dicha secuela se ruede en el año 2016, otra vez con Danny Boyle como director, y los mismos actores, veinte años más tarde; aprovechando así el 20 aniversario.

SkagBoys (2012) Irvine Welsh

Sin embargo, la noticia de hoy no es la secuela, sino la precuela. Irvine Welsh publicó en el año 2012 la precuela de Trainspotting, y que lleva por título: Skagboys; (Wikipedia) cuya acción se sitúa en Edimburgo a principios de los años ochenta. Con Margaret Thatcher, alias La Dama de Hierro, como telón de fondo, junto con las revueltas sociales de la época, conoceremos la idiosincrasia de Renton, y cómo un chico bueno, de familia decente, acaba enganchado a la heroína y alternando con una pandilla de degenerados. De igual forma, el resto de personajes tendrán su propia presentación, todos ellos cuesta abajo desde una perspectiva más o menos aceptable. Todo un viaje a los infiernos, un descenso a las cloacas del ser humano.

Si bien la secuela pasó bastante desapercibida, el carácter más intimista de esta precuela, donde el autor se confiesa a sí mismo, relatándonos una era, la década de los ochenta, sumamente crucial, y cargada de sucesos que han influido en su personalidad.  SkagBoys es una obra que recoge las experiencias del autor con la heroína (skag), y que, como dato curioso, la mayor parte del material escrito formaba parte de la novela Trainspotting, pero por cuestiones de edición quedó fuera, y él terminó guardándolo todo en diskettes. Y según dice, no le fue fácil recuperar la información hoy en día.

Película y novela están consideradas objeto de culto.

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