Un vistazo al pulp en Europa, revistas y escritores. Primera parte, prototipos y precedentes. La Literatura Pulp europea antes de 1914
A lo largo de diferentes artículos hemos hablado de los aspectos más relevantes y característicos de la literatura pulp; una literatura que tuvo su razón de ser en los pulps americanos propiamente dichos. Sin embargo, de forma análoga también podemos encontrar esas mismas revistas pulp en Europa, y no, nos estamos refiriendo a versiones traducidas de las americanas, como fueron en su momento las publicaciones de la Editorial Molino —antes de que la editorial tuviese que trasladarse a Argentina—, por poner un ejemplo, sino a todas esas revistas que surgieron en los países europeos, puesto que los ingredientes de estas historias, bien se podría decir que son universales.
El artículo que ahora tienes en pantalla responde a un trabajo de investigación publicado en la web especializada io9.com, por el autor Jess Nevins, buen conocedor de la cosa pulp; artículo que hemos creído conveniente traducir, y, además, presentarlo en base a nuestras propias aportaciones, comentarios, y, como no, perspectiva.
De esta forma, hemos dividido el artículo en tres partes, que iremos publicando en los próximos días (o semanas), según sea posible. Dicho esto, el artículo quedaría dividido en: Parte I, El Pulp en Europa antes de 1914; Parte II, El Pulp en Europa, periodo de entreguerras (1914-1945); Parte III, El Pulp en Europa, situación actual, concretamente en España. Ahora os dejamos con la primera parte.
Parte I. El Pulp en Europa antes de 1914.
El Proto-Pulp. La pulp fiction europea anterior a 1914. Según el artículo que tomamos como referencia para establecer la presente clasificación —An introduction to pulp fiction in Europe before 1914—, observamos la enorme distancia que existe en cuanto al análisis académico de la pulp fiction americana respecto a la europea, comprendiendo ésta las culturas asociadas a los países escandinavos, rusos, y turcos, cuyas matizaciones y/o perspectivas acerca de la ciencia ficción, nada tienen que ver las unas con las otras. Respecto a las fuentes consultadas, además del artículo de Neviss cabe destacar este otro, de gran valor: The European Wold Newton Universe; así como éste: The German pulps: a rough analysis. Todas ellas referencias a tener en cuenta, y de las más interesantes que me he encontrado por la red.
Y..., ¿qué hay acerca de los ilustradores europeos de estos pulps? |
Este tipo de revistas pulp europeas eran unas publicaciones periódicas, baratas, fantasiosas y sensacionalistas, de la misma forma que lo eran las americanas —pulp magazines, o dime novel, es decir…, novelas de diez centavos—, solo que por estas tierras se las conocía con otros nombres. Por ejemplo, los alemanes las llamaban heftromane; los ingleses story papers; los italianos gialli, y en España, simplemente como novelas de a duro, o novelas baratas, denominaciones éstas usadas a partir de los años 60, y de las que hablaremos en otro capítulo.
Los orígenes del pulp europeo —proto pulp—, atendiendo a su concepto de publicación para pobres, podría datarse en el año 1550, no siendo más que un simple panfleto. Sería en los siglos diecisiete y dieciocho cuando las publicaciones como tales comenzaron a popularizarse en cada país. Así, los ingleses tenían sus novelas cortas de un centavo, los franceses su Bibliothèque bleue, vendida por buhoneros ambulantes, y los alemanes su Volksbüchlein.
Este tipo de publicaciones apenas trataban temas de ciencia ficción o fantasía. La mayoría de contenidos eran de corte romántico o de aventuras, y hubo que esperar hasta finales del siglo diecinueve, cuando figuras univesarles como el francés Julio Verne, principalmente, junto con otros escritores como Camille Flammarion, y el húngaro Mór Jókai, decidieron emprender un nuevo camino, y mostrar al mundo un tipo de ficción completamente distinta a la que estaban acostumbrados los lectores de la época. Se podría decir que con Julio Verne nació la Ciencia Ficción Europea, y esto impulso al lector, quien además comenzó a leer todas esas historias que le llegaban del otro lado del atlántico; comenzó a interesarse por los pulps americanos y sus relatos, y de una forma más o menos inconsciente, a clasificar dicha ficción en diferentes géneros, aunque todavía no existiesen como tales.
Predominaban las historias detectivescas y de aventuras, más que la ciencia ficción |
El fenómeno de los pulps en europa creció a gran velocidad. Entre otros factores, los años que envolvieron el cambio de siglo, del dieciocho al diecinueve, aventaron una serie de cambios tecnológicos y educativos que posibilitaron el acceso a la palabra escrita a un mayor número de personas, y cada vez a un coste menor. Así, los panfletos de ciencia ficción eran cada vez más ricos en contenido, sin embargo, un nuevo fenómeno, el de las novelas serializadas, comenzó a ganar cada vez más adeptos; un fenómeno que rápidamente fidelizaba a los lectores, anhelando el desenlace de la ficción en el próximo número que siempre estaba por llegar. Entre estas publicaciones, una de las más destacadas eran las francesas colporteurs, así llamadas, donde lo habitual era encontrar historias de unas 60 páginas aproximadamente. Un fenómeno que se extendió al país vecino de Alemania, así como a lo largo de todos los países de Europa del Este, donde este tipo de publicaciones gozó en sus inicios de un trato especial, sumamente permisivo, permitiendo de esta forma que naciesen al fin lo que se conoce como pulps europeos, como principal entretenimiento de las clases más bajas.
Desde un punto de vista histórico, y a efectos de un somero repaso a lo largo de las principales revistas europeas precursoras de los pulp, se considera a la revista francesa Journal des Savants (Paris, 1665), como la primera revista europea en publicar contenido de carácter fantástico (Arabian Nights), sin embargo, fue la revista inglesa The Adventurer (1752-1754), la que lo hizo de forma regular. Años más tarde, en Irlanda, surgió la primera revista especializada en el género Marvellous Magazine (1822), aunque en realidad tan solo se limitaba a la impresión de novelas góticas más o menos populares. Para encontrar la primera revista dedicada a la ciencia ficción de forma íntegra, debemos irnos a Suecia: Stella (1886-1887).
Los pulps europeos era cosa de alemanes y franceses |
Para los pulps netamente fantásticos, y al alcance de cualquiera, hubo que esperar a los albores del siglo XX. Algunas de estas publicaciones no eran más que obras ya editadas anteriormente, solo que ahora en un nuevo formato, como es el caso de los obras del autor francés de ciencia ficción Paul d’Ivoi, llevadas al público a través de los 60 volúmenes de la Bibliotheque Choisie de Paul d'Ivoi (1903-1904). Otros trabajos, en cambio, sí que eran totalmente originales, como es el caso de la obra del escritor alemán Oskar Hoffmann, titulada Mac Milfords Reisen im Universum (nºs 1-10, 1902-1903), una proto space opera acerca de una carrera a la luna que culmina con el descubriemiento de unos selenitas habitándola
Uno de los escritores más aclamados durante la etapa embrionaria del fenómeno pulp europeo, justo a poco tiempo de dar a luz, fue el alemán Robert Kraft, autor responsable de algunos de los héroes pulp más famosos de su país, y entre cuyas obras destacan principalmente: Aus dem Reiche der Phantasie (1901) —una serie de aventuras que trataba sobre un chico parapléjico, quien gracias a la ayuda de una hada puede visitar sitios fantásticos, tales como la Atlántida, el País de los muertos vivientes, o la isla de los invisibles inmortales—; Mr. Nobody —uno de sus personajes estrella metido a detective y aventurero—; Atlanta (1904-1905) —aventuras en América y Canada—; Count Leo V. Hagen (1899); The Gentleman of the Air (1922-1923); y Loke Klingsor (1927), entre otros. Si deseas informarte más en detalle sobre los héroes pulp alemanes, sus autores, y sus publicaciones, visita este enlace: German Heroes. Si también lo deseas, French Heroes, Russian Heroes, Spanish Heores (busca la entrada correspondiente por orden alfabético).
Jess Nevins señala el año 1905 como un punto de inflexión en los pulp europeos, puesto que es entonces cuando el editor alemán Adolf Eichler compra los derechos de la serie Buffalo Bill a Street & Smith, una de las publicaciones tipo «dime novels» más populares del momento, llevándolas al público de su país, traducidas. Eichler acertó de pleno, y estas historias del oeste americano fueron todo un éxito, lo cual le reportó pingues beneficios. Un éxito que trató de repetir un año más tarde al comprar también los derechos del personaje Nick Carter, lo cual no solo lo consiguió, sino que además lo superó. La repercusión que obtuvo derivó en una especie de efecto llamada, y muchos otros editores tratarón de hacer lo mismo en sus respectivos países. Los pulp se estaban convirtiendo en un fenómeno creciente, imparable, tanto en Europa como en Rusia. Corría el año 1907
La mayoría de estos pulp a principios del siglo XX se limitaban a reproducir el esquema clásico de un héroe y sus aventuras, imitando los modelos de Buffalo Bill o Nick Carter. Eran publicaciones semanales, o mensuales, y en su mayoría de géneros que poco tenían que ver con la ciencia ficción pura y dura, aunque siempre había excepciones. Entre éstas, cabe destacar los 20 números publicados por la revista alemana Bibliothek der Geheimnisse, en 1906.
Sin duda el género estrella era el de aventuras en el oeste. Historias de pistoleros, venganzas, atracos, y demás elementos característicos del género conocido como western, sin embargo, poco a poco, estas historias iban introduciendo, y cada vez más, elementos de corte fantástico. Aunque mantenían su esencia de historias del oeste, las aventuras que contaban ya no tenían como centro de interés elementos más o menos cotidianos, sino otros como podrían ser La calavera mágica de Montezuma; o Los Hombres mono en el Yucatan. La serie Z checa Pamětí Amerického Detektiva Léona Cliftona (275 números, 1906-1910), explotaron principalmente esa nueva concepción de aventura fantástica, con títulos como “El cinturón maldito de Cagliostro”, hasta “Gorilla ex machina”. Historias de aventuras en las que cada vez era más difícil discernir, o clasificar sus contenidos, según estos fuesen historias detectivescas o de ciencia ficción. En suma, era una mezcla de géneros para los que no había dicha clasificación.
Según Neviss, fue en el año 1908 cuando los pulps europeos de ciencia ficción se presentaron como tales. Esto tuvo lugar principalmente en Francia y Alemania, países que dominarían el mercado dentro del continente, quedando el resto a cierta distancia. El estudio publicado por Neviss revela una serie de fechas curiosas que determinan el año exacto en el cual todos estos países se subieron al carro de los pulps; fechas que no sabemos de dónde salen, y en algunos casos ni siquiera sabemos a qué clase de pulps se refieren. Respecto a España, indica el año 1910 como de aparición de los pulps en nuestro país, aunque tan solo se tratan de reimpresiones. Para material original, habría que esperar hasta el año 1921, llegando a contabilizar un total de 36 publicaciones pulp SF (Ciencia Ficción), lo que no está nada mal, pero desconocemos de cuales se trata. A continuación, el estudio refleja la evolución de los pulp en europa en cuanto a los géneros publicados. Para ello nos ofrece la tabla que sigue, y comenta como el género de Ciencia Ficción es el que tira para arriba, y otros, como el romántico, de mayor fortuna en los Estados Unidos, en el continente Europeo tan solo mantiene el interés en Alemania (Krieg und Liebe).
Neviss nos comenta como la génesis de estos pulp de ciencia ficción radica en la tremenda imaginación de sus escritores, todos ellos visionarios que llevaban los avances tecnológicos hasta las últimas consecuencias. Este tipo de escritores imaginativos los ubica principalmente en Francia, seguida casi a la par de Alemania.
En cuanto a Francia, algunas de las obras que destaca Neviss, son las del escritor Jules Hosch, autor de «Gil Dax, Empereur des Airs» (20 números), acerca de un aviador inventor que luchaba contra los espías alemanes, y cualquier otra cosa o monstruo que se le pusiese por delante; Arnould Galopin, autor de la novela «Le Docteur Oméga, 1906», y que posteriormente fue editado a modo de revista pulp como «Aventures Fantastiques d'un Jeune Parisien, 12 números, 1908-1909»; sobre un adolescente parisino, quien con sus dos amigos construye un cohete para ir a marte, un planeta habitado por una civilización hostil; y los escritores Pierre Giffard y Albert Robida, creadores de «La Guerre Infernale, 30 números, 1908», que trataba sobre una hipotética guerra mundial.
Alemania, al igual que Francia, también destacó respecto a la publicación de pulps. Neviss nos habla de algunos escritores anónimos, y otros que escribían bajo seudónimo. Por ejemplo Thomas Alva Edison, y su publicación «Der Grosse Erfinder», cinco números en donde se relataban las peripecias de un héroe, Thomas Edison, que ponía en uso sus maravillosos inventos contra hombres malvados, piratas, y cualquiera que mereciese un buen repaso. Otras dos publicaciones que destaca, anónimas, son «Minx der Geistersucher (1908)», diez números sobre ocultismo y espiritismo, y «Der Luftpirat und sein Lenkbares Luftschiff , 165 números, (1908-1911)», toda una space opera en torno al Capitán Mors, un inventor alemán con todo tipo de artefactos y avanzado armamento para luchar contra el mal.
En los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, el ritmo de los pulps era frenético. Algunos de los más populares de esa época, según nos cuenta Neviss, fueron «Der Luftpirat», reimpreso a su vez en países como Polonía, Italia, y Rusia; Sâr Dubnotal, aventuras de un detective de lo oculto que se hacía llamar «Napoleon of the Immaterial», cuya popularidad fue traducida en Francia por el autor Norbert Sévestre, quien además amplió las historias con aportaciones propias. Este pulp llegó incluso a Portugal y España, traducido.
SAR DUBNOTAL, uno de los pulps más populares y traducidos |
Capítulo aparte, y del que no se nombra absolutamente nada en el artículo de investigación de Neviss, es todo lo relacionado con la autoría de las ilustraciones. En los pulps americanos se ponía tanto en valor, o más, la ilustración como el propio relato. Sin embargo, los ilustraciones de los pulps europeos son en su mayoría un misterio. Muy difícil encontrar nombres propios en estos primeros años. Aún así, uno de los más conocidos fue el ilustrador francés Albert Robida, quien entre otros, trabajó en el pullp «La Guerra Infernale».
Otro de los pulps que se destacan es el de Marcel Priollet, titulado «Les Voyages Aeriens d'un Petit Parisien a Travers le Monde» (111 números, 1911-1913), historias de un chico aventurero llamado Tintin a lo largo y ancho del mundo. También los de Comte Adolphe d'Espie (1878-1956), cuyos trabajos se publicaron bajo el pseudónimo «Jean de la Hire». D’Espie fue un escritor especializado en la ciencia ficción, y sus obras muy apreciadas, siendo uno de sus personajes, el super héroe «Nyctalope», uno de los más conocidos. Su primer título data del año 1908: «L'Homme Qui Peut Vivre dans l'Eau».
Además de su gran éxito, el super héroe «Nyctalope», d’Espie también escribió un buen número de pulps, tan dispares como «Le Corsaire Sous-Marin» (79 números, 1912-1913), donde nos relataba las aventuras de un capitán de submarino pirata, un tanto misántropo, y más o menos inspirado en el capitán Nemo de Julio Verne. Además, otra de sus publicaciones de éxito «Les Trois Boy Scouts» (43 números, 1913-1920), sobre tres boys scouts franceses a los mandos de una aeronave de última generación, hizo las delicias de sus lectores, quienes descubrían de primera mano los viajes que relataban a lugares de fantasía repletos de chiflados científicos y extrañas criaturas.
Nyctalope, entre los héroes pulp más populares de la época |
Continúa: Revistas Pulp Europeas. Parte II
Fuentes:
An introduction to pulp fiction in Europe before 1914
European writers continue to influence science fiction
The European Wold Newton Universe
Pulp and Adventure Heroes of the Pre-War Years