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Flying Pulp Magazines

Air War StoriesLos aviones de combate y las historias de pilotos temerarios, una nueva forma de hacer la guerra, y una fuente inagotable de aventuras bélicas. Pulps que dieron alas a los kioscos.

Son muchas las veces que hablamos de la pulp fiction americana, y son muchas las veces que terminamos hablando de weird menace y shudder pulps, obviando los diferentes géneros que dieron vida a los pulps más allá de las historias de terror o fantasía macabra. Recordemos que a principios del siglo XX había un pulp para cada tipo de persona, por eso no había nadie a quien no le gustase este tipo de literatura pulp, hasta el día que decidieron ponerle coto, claro está. Pulp, entre la censura y el pecado.

Los géneros más habituales dentro de la industria pulp eran los de aventuras, los de romances, los westerns, y los detectivescos. Con el tiempo empezaron a cobrar fuerza los de ciencia ficción, pero también los bélicos. Las historias de guerra, con pulps como Battle Stories, War Stories, eran algunas de las publicaciones más populares, sin embargo, pronto un subgénero de éstas comenzaría a ser más atractivo para el público sobre cualquier otro. Aquellos eran tiempos en los que la sociedad vivía con entusiasmo las posibilidades, tanto fantásticas como bélicas de los aviones. Y fue entonces cuando surgió una nueva serie de pulps, cuyo sobrenombre era el de «flying pulp magazines».

Durante el periodo de entreguerras, a lo largo de los años veinte y treinta, los pulps sobre aviones de combate y pilotos temerarios fueron muy populares, y nunca gozaron de tan buena salud como durante aquellos años. Todo el mundo estaba como loco con los aviones y sus posibilidades. Fueron tiempo de retos, de marcas, y de desafíos. Por ejemplo el de Charles Augustus Lindbergh, Hijo, quien fue el primer piloto en cruzar en solitario el atlántico, a los mandos de un Ryan NYP (un Ryan M-2 modificado, bautizado como Spirit of St. Louis), sin escalas. Un vuelo que se realizó en mayo del año 1927 entre New York y Paris, durante 33 horas y 32 minutos. La gente enloquecía con estas historias. En los cinco años siguientes a este hito, numerosos pulps tales como Air Trails, Air Adventures, Dare-Devil Aces, Flying Aces, Sky Trails, o Wings, salieron a la luz.

Desde un punto de vista bélico, el uso de aeroplanos en la Primera Guerra Mundial fue poco menos que anecdótica, pero sirvió para desatar la curiosidad. Así, mientras los ingenieros trataban de buscar soluciones tecnológicas reales, los escritores las adelantaban, no sin esa pizca de fantasía pulp tan característica, adornándolas siempre de heroicidades imposibles, o mensajes de inequívoco patriotismo.

Air Stories, el primer pulp de aviación. La competencia entre editoriales pulp fue brutal, y el primer número que se publicó bajo la publicidad «The First Air Story Magazine!», es decir, la primera revista pulp de aventuras en el aire, fue Air Stories, de la editorial Fiction House, editada por Jack B. Kelly (1927-1932) y Malcolm Reiss (1937-1939). Este hito tuvo lugar en agosto de 1927, apenas unos meses después de la hazaña Lindbergh.

Hubo muchísimos pulp dentro de este subgénero bélico (se han llegado a contabilizar más de cuarenta diferentes basados en la Primera Guerra Mundial), pero probablemente, algunos de los más exitosos fueron estos: Flying Aces y G-8 and his Battle Aces. Ver Aviation Pulps.

Air stories tiene el honor de ser el primer pulp de aviación, y a él se deben algunas de las líneas maestras que imitarían todos los demás. Air Stories le dio un pequeño revolcón a la industria pulp, y supuso una puerta abierta para muchos escritores nacidos tras su regreso del campo de batalla. Aquí se dieron cita escritores como Thomson Burtis y su The Rex Lee Series, o George Bruce, un autor que era presentado como «war ace who fought on three fronts». La editorial también dio trabajo a nuevos ilustradores, más interesados en estos temas como Rudolph Belarski, Frank Tinsley, o Frederick Blakeslee. La mayor parte de estos relatos eran entorno a la Primera Guerra Mundial, pero también hubo muchos otros que nada tenían que ver, pero siempre usando los aviones como hilo conductor para la historia. Hecho éste que abrió la revista a otro tipo de autores provenientes de otros géneros, como era el caso de Frederick C. Davis, más conocido por sus novelas de misterio y sus trabajos en Operator #5. La revista se mantuvo hasta el año 1939, momento en el cual comenzó a divagar en sus tramas, y ante la pérdida de popularidad optó por la ciencia ficción, pero no tuvo éxito, y dejó de producirse. Más información: Pulpmags.org Air Stories

Los primeros pulps de aviación «air war pulps» aterrizaron en los kioscos de forma abrupta, y pronto sus alas, con títulos tales como Air Adventures, Airplane Stories, o Air War, eclipsaron otros pulps más consagrados, como la mítica Weird Tales. El siguiente paso llegó con la aparición de héroes, y de la misma forma que otros como The Shadow, o Doc Savage, tenían su parcela de protagonismo, los pilotos de combate no iban a ser menos. Éste es el caso de Bill Barnes, obra del escritor pulp, el Mayor Malcolm Wheeler-Nicholson, un ex oficial de caballería y empresario fundador de la editorial de comics National Allied Publications, precursora de DC Comics (DC Comics nace de la fusión entre National Allied Publications y Detective Comics). También hay que destacar un dato importante, la mayoría de estos pulps eran comics, y relatos propiamente dichos, no se prodigaban tanto como en otros géneros.

Malcolm Wheeler firmaba las aventuras de Bill Barnes bajo el seudónimo de George L. Easton, publicadas por Street and Smith (responsable de otros títulos como The Shadow o Doc Savage), y, curiosamente, tan solo pudo escribir seis aventuras antes de que lo despidiesen. Se le acusó de no saber explotar la idea, y de que el personaje era una burda copia de Doc Savage, adornada con más tecnología, pero con diálogos totalmente ridículos. Tras su despido, la editorial le encargó el proyecto a otro escritor: Charles Spain Verral, quien dio vida al personaje desde un principio, como si las primeras aventuras escritas por su predecesor y creador, jamás hubiesen existido. La transformación fue notable, y entre otros cabe destacar la incursión de nuevos personajes, como el enemigo a batir: Otto Yahr. Con este nuevo escritor las aventuras de Bill Barnes había mejorado muchísimo, sin embargo, Verral era un escritor muy lento, demasiado para la industria de los pulps. La editorial, una vez más, decidió actuar e introdujo en el proyecto a otro escritor: Arch Whitehouse, un ex piloto de combate británico, para que ayudase a Verral, de vez en cuando. A esta incorporación pronto se le sumaron otras, como la Harold "Monty" Montayne, que había trabajado como observador de globo en la Primera Guerra Mundial, quien terminó adoptando bastante protagonismo en la publicación. Pronto Verral y Monty alternaban sus números. Con el paso del tiempo el nombre de la publicación cambió varias veces, abandonado Verral el proyecto por una disputa con Monty, mucho más afín a la línea editorial (violenta), siendo éste finalmente el único responsable del proyecto, hasta su fin, en el año 1939.

Tras Bill Barnes, el siguiente héroe pulp de aviación destacable fue Dusty Ayres, creado por el autor Robert Sidney Bowen, un ex piloto de combate de la Primera Guerra Mundial. El primer número data de Julio de 1934: Dusty Ayres and His Battle Birds, y fue publicado por Popular Publications. Un delirio futurista en el que los EEUU eran atacados por un enemigo asiático: Fire-Eyes and his Black Invaders. La publicación no tuvo todo el éxito que se esperaba, y terminó muriendo un año más tarde. Popular Publications no desistiría en su empeño, y prueba de ello es que cuenta entre sus éxitos editoriales con otro de los pulps de aviación más destacables: G-8 and His Battle Aces. Todos los números, desde octubre de 1933 hasta junio de 1944 fueron obra del escritor Robert J. Hogan, publicándose en total 110 números.

Dare-Devil Aces magazines (1932-1938) fue una mina de talentos e historias. En esta revista aparecieron por primera vez títulos como The Three Mosquitoes, obra del autor Ralph Oppenheim, o The Red Falcon, obra de Robert J. Hogan; The Vanished Legion, por Donald E. Keyhoe. Ver Información AgeOfAces, y Portadas en AgeOfAces.

Otras editoriales como Dell Magazines probaron fortuna en el género: Terence X. O'Leary's War Birds (marzo 1935), sin embargo, si hablamos de grandes publicaciones, y desde luego una de las más longevas, tendríamos que hablar de Flying Aces, lanzada en octubre de 1928 por Periodical House. Esta publicación se prolóngo hasta después de la Segunda Guerra Mundial, pero una vez finalizada ésta los contenidos de ficción comenzaron a ser sustituidos por otros, como de modelismo, por ejemplo. Así, en el año 1947 sería renombrada como Flying Models, hasta que, en el año 1969, y tras ser vendida a Carstens Publications, se erradicó por completo todo atisbo de historieta pulp. Como nota curiosa destacar la forma en la que esta publicación había descrito el ataque de Pearl Harbour, con extrema precisión, antes de que se produjese.

Fuentes:

Air Stories, Pulpmags.org

Flying Aces of Pulp Magazines

G8 and his Battle aces

Video Fan: Bill Barnes, Air adventurer

Video fan Pulps de Guerra

Sobre el Autor

Emilio Iglesias

Emilio Iglesias

Escritor empedernido, capitán de ésta y otras aventuras, dirige como puede RelatosPulp.com

Artículos: Últimos comentarios

Vicente Ruiz Calpe posted a comment in Noche Infernal
Muchas gracias por compartir el relato, espero que os guste. Feliz Halloween a todos! 🎃
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Agradezco tus palabras Alfredo, pero viendo que enlazas un curso de pago, lo edito, ya que no se per...
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Hola a a todos/as. Llevo tiempo intentando escribir pero necesito una guía o cursos y he aparecido e...
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Un artículo impresionante. Sin duda aún queda mucho por descifrar de Lovecraft, pero para mi, un vis...
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Emilio Iglesias posted a comment in Maestros del Pulp 3
Me alegro mucho de que te haya gustado Borja. Y es cierto, los relatos clásicos tienen un "algo" mar...
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