Sylvester Stallone ordena, y Jason Statham obedece. Maestro y discípulo tratando de resucitar la esencia de las pelis de acción ochenteras
En el día de hoy —época estival en la que resulta muy difícil encontrar temas y ganas para subir un artículo a la web— vamos a destacar esta película «El Protector, 2013» dedicándole una breve reseña. ¿Por qué? Aunque no lo parezca, no se trata de un título más, sino de un claro homenaje al cine de acción de los ochenta. De hecho, nada más arrancar los títulos de crédito observamos un nombre característico de este tipo de cine, Sylvester Stallone, junto con el de uno de sus mejores amigos hoy en día, y, salvando las diferencias, heredero de su legado: Jason Statham. El primero, tomando como punto de partida la novela de Chuck Logan (ni idea de quién es) titulada «Homefront», firma el guión; y el segundo, el que protagoniza la historia en versión celuloide, es decir, el que reparte estopa.
Lo de Sylvester Stallone es un caso en sí mismo. En cierto modo (retorcido) me recuerda a la seductora Sherezade —Las mil y una noches—, enfrentandose a la muerte, posponiéndola, retrasándola, pues su mejor historia todavía no ha sido contada. Stallone, otrora Rambo, Cobra, o Rocky, fue el icono de toda una generación de actores y títulos: Historias de videoclub (I). Pelis de acción, años 80, donde lo que primaba eran los diálogos cortos, narraciones lineales, y personajes estereotipados. Eran películas de acción trepidante, emotivas, y con el único objetivo de entretener. Un cine que se etiquetaba como de «Serie b», y que durante unos cuantos años fue el rey de los videoclubes. Un cine que, apropiándose de los principales géneros, o al menos los más demandados por el espectador, como son la acción, el terror, o la fantasía, desplazaron por completo a las novelas pulp, pues eran en esencia lo mismo. Fue una época en la que las novelas pulp no se buscan en el quiosco de la esquina, sino en el videoclub más cercano. Una evolución del concepto, nada más que eso. Una evolución ya caduca.
Stallone, como decimos, está empeñado en seguir contando historias, no solo detrás de las cámaras, sino incluso delante de ellas, arrastrando tras de sí a toda una legión de abueletes de músculo arrugado, que a duras penas logran seguirle el ritmo: «Los Mercenarios»: Expendables 3 se rodará en España (guión alternativo). Cuando era joven, creo que nunca me hubiese imaginado a todo un Rambo escribiendo un guión de cine, pero ahí está, demostrándonos lo contrario, negándose a envejecer, diciéndole a la muerte —en sentido profesional— que no venga todavía a por él, que aún tiene mucho que contar, como Sherezade.
No sé si es que me hago demasiado viejo, o que no estoy en la «onda», o que ya he visto demasiadas películas en mi vida como para ser capaz de ver algo nuevo, y éste es precisamente el problema del cine actual. Películas de superhéroes, de base cien por cien pulp, pero apabullantes en cuanto a efectos de sonido y visuales, demasiado ordenador en perjuicio de una buena historia. Y ya no digamos los remakes de remakes, o incluso la «Serie b» hoy en día (como anécdota, anoche vi Blood Lake: Attack of the Killer Lampreys 2014, y me dieron ganas de arrancarme los ojos al ver cuan bajo había caido el género; sin comentarios). Todo esto deja bastante que desear. Es como si la fórmula estuviese agotada, pero también es cierto que habrá mucha gente joven que desconozca los títulos que han cimentado esta situación, por lo que, para ellos, todo esto será nuevo, y por tanto igualmente disfrutable.
El Protector, 2013 (Homefront) no es ni mucho menos una buena película. Es lo que es, y no trata de ocultarlo en ningún momento, ni tampoco disfrazarlo. La trama en sí la hemos visto mil y una veces, y creo que el primer título, por similitud, que me viene a la cabeza, es «Pisando Fuerte, 2004», y en segundo lugar —y no sé por qué—, «Road House (De profesión: duro, 1989, con Patrick Swayze)». El argumento como decimos es tan sencillo que se podría escribir así: Tipo duro, «ex» lo que sea, tan duro que haría cagarse pata abajo a todos y cada uno los integrantes del grupo The Avengers (Los Vengadores, de la Marvel), llega a un pacífico pueblo con su hija, para disfrutar del campo y sus meritorias habilidades agropecuarias aprendidas en un curso a través de youtube. Sin embargo, la mala suerte le llevará a enfrentarse a un jefecillo local vinculado a la mafia de altos vuelos. Nuestro protagonista, como no, además encontrará un posible nuevo amor en la psicóloga del centro educativo en el que estudia su hija. Este personaje interpretado por Rachelle Lefevre (una de las protagonistas de la serie de ficción La Cúpula de Stephen King: Julia, la hermosa pelirroja que tiene un affaire con Barbie), es uno de los personajes más desaprovechados, pues no hay ni una sola escena de cama, ni siquiera tentativa, craso error para un héroe de acción ochentero.
Jason Statham, que se ganó la fama trabajando como El Transportista, hace lo que sabe hacer. Poner cara de tipo duro, sonreír nada o lo justo, enlazar sujeto y predicado con la misma facilidad que un servidor para ganar un premio de lotería, y repartir estopa, que para eso le pagan. Por supuesto él es el bueno, y los malos, malísimos. No hay grises, ni colores variopintos. Solo blanco o negro. En el papel de bicho malo tenemos a James Franco, y haciendo las veces de su chica para todo, a una desconocidísima Wynona Rider. Tan desconocida que no era capaz de reconocerla, e incluso tuve que mirarlo en google para cerciorarme. No es que siga mucho su trabajo, pero hacía bastante tiempo que no la veía en pantalla, y al encontrarme su nombre en los títulos de crédito, creo que me tiré toda la película preguntándome ¿y cuándo sale? ¿será ella?, o ¿será la otra?
Las novelas pulp, los bolsilibros, y toda la casquería literaria —según algunos—, perdieron muchos puntos con la irrupción del cine ochentero, y esta película, El Protector, es un claro ejemplo —a pesar de no contar con los típicos asaltos de alcoba, o los dilemas trascendentales del héroe a causa de su amada—, de una clase de cine «artesano», que cada vez resulta más difícil ver en la gran pantalla, o en formato ripeado, según el caso. ¿Será pues la excusa perfecta para el resurgir de una nueva era dorada de las novelas pulp? ¡Pensamos, esperamos que sí! Si una cosa quitó la otra, ahora puede devolvernos la jugada.
El Protector 2013, Jason Statham
Lo mejor: Los papeles de Jason Statham y Kate Bosworth (la que lo lía todo), que cumplen con su cometido. La historia, que no trata de reinventarse con extravagancias infumables.
Lo peor: El resto de personajes, que están bastante desaprovechados, como Rachelle Lefevre, Wynona Rider, o el Sheriff, así como los malos de turno, que en ningún momento dan sensación de peligro serio. Tampoco me gustó la escena introductoria.
Veredicto: Si buscas una película como las de antes, ésta es la que más se le parece entre las que podemos encontrar hoy en día. Y, la pregunta que me hago es ¿estará Sylvester Stallone entrenando a Jason Statham para ser el nuevo Rambo o Rocky en un más que previsible remake? Ahí queda eso.