Los relatos eroticos son, con diferencia, los más buscados en google
A la hora de afrontar un proyecto editorial como el nuestro, es importante conocer qué es lo que demanda el lector, y en la medida de lo posible no ir contracorriente. Es importante saber si el lector quiere relatos de amor, relatos eroticos, relatos de ciencia ficción, o relatos de terror; y una editorial que desee hacer caja, debe darle precisamente eso que está buscando. Muchas veces me he preguntado por qué las grandes editoriales desprecian casi por completo las publicaciones de relatos, y ya no digamos si quien las firma es don cualquiera, sin apellidos de abolengo, y sin la etiqueta de crack en los mass media, y la respuesta es tan sencilla como obvia. Sin embargo, esta vez he querido ir un poco más allá, y en la medida de mis posibilidades, observar qué es lo que demanda el lector cuando se pone al frente de google, justo al otro lado de la pantalla. Los resultados no es que me hayan sorprendido mucho, bueno, la verdad es que algo sí, por lo desproporcionados que son, pero en fin, esta es la realidad. ¡Veámosla!
En primer lugar decir que no soy un experto en esto de analizar tendencias de mercado, y únicamente me he servido de herramientas tan básicas como Google Trends, o Google Keyword Planner. Las diferentes combinaciones de palabras a la hora de acotar las búsquedas hace que nuestra labor de investigación sea un poco tediosa (y muy poco científica, lo sé), así que la he reducido al máximo posible. Digo esto porque no es lo mismo trabajar las búsquedas sobre la palabra clave relatos, que sobre otros sinónimos como historias, o cuentos. Ni tampoco hacerlo respecto a España, que respecto a todos los países de habla española, como México, Chile, o Argentina, donde se usan más uno u otros términos en función de lo que se esté buscando. Todas estas tendencias se observan muy bien en Google Trends.
Para el caso me he centrado en España, y en el término “relatos”, y las estadísticas ni merece la pena plasmarlas. La búsqueda más demandada, con diferencia, es «relatos eroticos». Cerca de medio millón de búsquedas al mes, solo en España (aunque con tendencia decreciente en los últimos diez años, según google trends). Y ojo, sin tilde, porque con él son muchas menos. La gente no suele poner tildes cuando busca algo en google. Cualquier otra combinación, como relatos de amor, relatos de terror, y ya no digamos relatos de ciencia ficción, en el mejor de los casos no se acerca ni de lejos. O lo que es lo mismo, en comparación podríamos calificarlas como búsquedas residuales. Supongo que el anonimato en internet tendrá mucho que ver. En caso contrario las búsquedas seguro que serían muy diferentes.
Si estás leyendo esto, y eres escritor de relatos de misterio, la llevas clara, porque ni cien búsquedas al mes me arroja la herramienta de Google Keywoord Planner. Mejor meterle contenido picante por todas partes. Una de las conclusiones evidentes es que, al margen del género que uno escriba, es importante, muy importante, conocer cómo nuestro público potencial puede llegar a nosotros a través de una búsqueda natural. Google lo es todo, y cada vez más. Y si nuestro trabajo es poco o nada buscado de forma natural, puede que la clave del éxito esté en saber envolverlo, en presentarlo al mundo, aprovechándose de los cánones de búsqueda que marcan tendencia. Esto, o bien crear la necesidad. Que no sé qué será más difícil.
Los resultados, como decimos, no deben sorprendernos. Desde que la literatura se popularizó y se hizo accesible a todo el mundo durante la era dorada pulp, las revistas especializadas dentro de este género se multiplicaron de forma increíble, y con diferentes líneas de publicación según a quien fuesen dirigidas, ya sea hombres o mujeres: Romance Pulps. Romanticismo en papel barato; Lesbian Pulp Fiction 1950-1965.
Si bien es cierto que la literatura erótica data sus comienzos desde el mismo momento en que tanto hombres como mujeres toman consciencia de los juguetes que llevan incorporados de serie, también lo es que hubo que aguardar hasta principios del siglo XX para que estas historias alcanzasen una relevancia jamás imaginada hasta la fecha, y lo que era más importante, se consumían sin demasiados tapujos, ni restricciones morales, más si cabe si tenemos en cuenta que muchas de las tramas que se planteaban, hoy en día se consideran socialmente inaceptables. Sin embargo, sus contenidos, tanto los textos como las imágenes (dibujos y fotografías), eran en realidad muy poco explícitos.
Este tipo de revistas se denominaban en la jerga coloquial como Girlie Pulps, y su tratamiento es tan extenso que merece un artículo aparte. Revistas como Snappy Stories (1912), considerada como una de las pioneras en tratar las relaciones fuera del matrimonio, hasta las revistas genuinamente pulp, también conocidas con el sobrenombre de Spicy Pulp, como por ejemplo las publicaciones Spicy Adventure, o Spicy Detective (la mezcla de géneros hacía de ellas un curioso y entretenido pastiche), representan un amplio abanico de posibilidades donde todo vale, y todo era posible. Revistas cuyas portadas han pasado a la historia como un género artístico propio, y que desde luego no dejan a nadie indiferente. Pero de este tipo de revistas, hablaremos en otro artículo.
Ahora ya sabemos cual es la tendencia más demanda por el lector que se mueve por internet, cuando desea consumir ficción breve. Aunque supongo que no os he desvelado ningún misterio.