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Casas Encantadas. Una revisión del tópico, por Eihir

Casas encantadas, embrujadas, «haunted house». Un tópico de lo más pulp, de los más utilizados en el género de terror, y sin duda de los más extensos. Eihir repasa para nosotros los títulos principales, ya sea en la literatura, el cine o los videojuegos

Novelas y películas de casas encantandas, ¿por qué nos gustan tanto? Mansiones embrujadas que se alzan en la noche, puertas que se abren y se cierran de forma misteriosa, ruidos inquietantes, espíritus siniestros que rondan de habitación en habitación perturbando la paz de los inquilinos, fenómenos extraños que nadie puede explicar… Lugares como el 112 de Ocean Avenue (Amityville), la Mansión Winchester en San José (California), o la Casa del Consejo de Brimsdown en Enfield (Inglaterra), son solo algunos ejemplos de moradas donde actúan fuerzas desconocidas, ya sean fantasmas, maldiciones o poltergeists. Las casas encantadas conforman uno de los temas más apasionantes tanto en la literatura como en el cine y la televisión, evolucionando desde los primeros relatos góticos del siglo XVIII (empezando por El Castillo de Otranto de Horace Walpole, que inició el género), pasando por los inicios del terror moderno (como La Caída de la Casa Usher, de Edgar Allan Poe) hasta las películas de hoy en día como La Cumbre Escarlata (Guillermo del Toro, 2015). Y aunque en principio uno pudiera pensar que todas las obras ubicadas dentro de este amplio género debieran ser muy parecidas entre sí, esto no ocurre en absoluto, pues cada historia se desarrolla en base a factores completamente diferentes (presencia de fantasmas, crímenes violentos, dramas personales, fenómenos paranormales que al final son simplemente trucos, espiritismo, vudú, etc). Y a pesar de tales diferencias, todas estas historias tienen un elemento común que las une, que no es otro que el auténtico protagonista: la casa (que en función del relato puede variar en hotel, mansión gótica, manicomio, hospital abandonado e incluso una pequeña cabaña perdida en un inmenso bosque siniestro).

A lo largo de este artículo hablaremos de varias obras cuya base es una casa encantada, pero debido a la inmensa cantidad existente de libros y películas que tratan el tema solo enumeraremos algunas de ellas, intentando representar diferentes estilos y épocas. Unas historias gustarán más que otras, unas serán más conocidas que otras, pero creo que todas las que aparecen comentadas en este artículo son merecedoras de aparecer en cualquier lista de casas encantadas.

Casas Encantandas en el cine y la literatura

1.- Casas encantadas en las Revistas Pulp

Weird Tales (1923), Ghost Stories (Julio de 1926), Terror Tales (Septiembre de 1934), u Horror Stories (Enero de 1935), son algunas de las revistas de la edad dorada del pulp donde se pueden encontrar historias de terror sobre casas y mansiones embrujadas. Por supuesto que hubo muchas más, pero estas son las que trataban el tema de forma más asidua. Y si tuviera que decantarme por alguna, creo que la más especializada en el tema de este artículo sería la segunda, Ghost Stories. Historias de Fantasmas publicó durante 64 números, entre 1926 y 1932, relatos sobre espíritus, médiums, casas encantadas, crímenes horrendos y fenómenos extraños de todo tipo. En ella publicaron autores del talento de Robert E. Howard o Carl Jacobi, y también se reimprimieron obras de clásicos como Wells o Dickens. Una gran revista que, al igual que muchas de sus congéneres, tuvo que cerrar sus puertas, si bien sirvió de modelo para publicaciones posteriores.

Como ejemplos destacables de relatos publicados en estas revistas, se pueden mencionar Al otro lado de la pared (Ambrose Bierce, 1909), Cuaderno hallado en una casa deshabitada (Robert Bloch, 1951), El grabado en la casa (Lovecraft, 1920), La Casa de la Esquina (E.F. Benson, 1928), La Casa de los Deseos (Kipling, 1924), o La Cosa en el tejado (Robert E. Howard, 1932), por citar algunas de las mejores historias y autores.

Y aquí habría que hablar de las revistas de terror que llegaron a nuestro amado país, la España de los sesenta y setenta, con un formato importado de las américas. En 1964 aparecía en el mercado norteamericano la famosa Creepy, editada por Warren Publishing, que cruzó el charco para desembarcar en nuestras costas en 1979 de la mano de Toutain Editor. Llegaba la explosión del cómic de terror para adultos en España, que ya se había iniciado con la aparición en 1968 de Dossier Negro (217 números publicados entre cinco editoriales a lo largo de veinte años) y en 1973 con Rufus (solo tuvo 56 números, pero vaya ejemplares de coleccionista). También habría que mencionar las sugerentes y provocativas portadas de Vampirella, cuya edición americana contuvo 112 números entre 1969 y 1983. Todas estas publicaciones eran básicamente de cómics, pero contenían también artículos y relatos cortos, además de reseñas de cine y literatura, fomentando todas ellas el disfrute y la imaginación de la época, al igual que las revistas pulp lo hicieron décadas antes.

Y si hablamos de pulp, también debemos mencionar a los Bolsilibros de Bruguera, en concreto la Selección Terror. Su primer número fue publicado en Marzo de 1973, La Muerta Que Vivió Seis Veces (de Silver Kane), iniciándose así una de las mejores colecciones de terror de todos los tiempos. Hay artículos especializados que tratan estos bolsilibros con profundidad, así que aquí solo mencionaré que muchas de estas historias transcurrían en casas malditas y mansiones pobladas de fantasmas, si bien es cierto que en su mayoría el final siempre iba encauzado hacia una explicación racional (trucos para asustar a los inquilinos y quedarse con la propiedad, personas que vivían escondidas en la casa, ruidos causados por gente que se dedicaba a intentar encontrar tesoros entre las paredes de la casa, etc…). Para los amantes de las historias cortas de terror resulta imprescindible echarle un vistazo a títulos como Anoche Salí de la Tumba (Curtis Garland), El Jardín del Diablo (Burton Hare), La Orgía del Caserón (Ralph Barby), Satán y su Familia (Clark Carrados) o Del Suelo Brotaba la Muerte (Ada Coretti), por citar algunos títulos y autores representativos del género y de la colección en sí.

2.- La Caída de la Casa Usher (Edgar Allan Poe, 1839)

Este relato de Poe (bastante corto, unas veinte páginas) contiene una gran profundidad narrativa, ejemplificando a la perfección el talento literario de su autor. Sin bien es cierto que es un texto gótico y tal vez excesivamente recargado, también mantiene un tono de tensión y misterio de principio a fin. Poe utiliza en esta obra temas angustiosos como el entierro de los vivos, la reanimación post-mortem, el alcoholismo y por supuesto la enfermedad y la muerte, siempre con ese estilo sombrío y lúgubre que siempre le acompañó hasta su fatal desenlace. Incluso hay ciertas referencias al tema del incesto entre Roderick y su hermana Madeline, aunque no queda del todo aclarado.

Cierto es que no es un relato de casas encantadas al uso, pero las descripciones que hace el autor sobre la mansión de Roderick Usher suscitan imágenes tenebrosas de la casa sobre la mente del lector. Ejemplo de ello son frases como «los relieves de los cielorrasos, los oscuros tapices de las paredes, el ébano negro de los pisos y los fantasmagóricos trofeos heráldicos rechinaban a mi paso», «el moblaje en general era profuso incómodo, antiguo y destartalado. Había muchos libros e instrumentos musicales en desorden», o también «El misterio y la tenebrosidad del lugar se acentúan en la parte subterránea de la casa. La cripta era pequeña, húmeda y desprovista de toda fuente de luz». En resumen, Poe en estado puro, un relato angustioso donde la trama transcurre en una vieja mansión que, como el propio título spoilerea, al final se hunde (literalmente).

La Caída de la Casa Usher tiene una versión en cómic (Toutain Editor, 1985, Richard Corben). Esta obra está bastante bien, aunque adapta a la vez dos relatos distintos, el de la Casa Usher y El Retrato Ovalado, pero curiosamente la mezcla sale airosa del desafío. A mí me gustó, es corto y sencillo, pero contiene el suspense y la angustia propios de Poe de principio a fin. Si te gustan los cómics y las casas encantadas, creo que te gustará este trabajo de Corben.

La Caída de la Casa Usher (Roger Corman, 1960) es una de las mejores versiones al cine que se han hecho del relato (hay algunas más, pero yo me quedo con ésta). Con el magnífico Vincent Price como Roderick Usher (el siniestro dueño de la mansión), protagonista de la historia junto a su hermana y el galán que la corteja, Roger Corman (con el que Price colaboró en multitud de films que adaptaron obras de Poe) dirige con maestría esta historia que incluye varios cambios con respecto a la obra original. Sin embargo dichos cambios no desmerecen el conjunto, y el viejo caserón es mucho más terrorífico aquí que en el relato. Un ambiente triste y melancólico, un caserón agrietado que se cae a pedazos, habitaciones oscuras, decorados góticos donde la luz está casi siempre ausente, una oscura y húmeda cripta, y unos personajes sujetos a una maldición familiar; todo esto y mucho más podemos hallar en este gran clásico del cine de mansiones embrujadas. Todo un homenaje a la obra de Poe que contiene varias referencias a otras obras del autor (como El Barril de Amontillado o El Pozo y el Péndulo), y que sabe mantener el tono de principio a fin a pesar de su brevedad (no es una película larga, ni mucho menos). Ya lo decía Poe: «La brevedad debe hallarse en razón directa de la intensidad del efecto buscado, y esto último con una sola condición: la de que cierto grado de duración es requisito indispensable para conseguir un efecto cualquiera».

3.- El Hotel Encantado (Wilkie Collins, 1879)

The Haunted Hotel es una novela de terror del escritor inglés Wilkie Collins, cuya historia nos relata los extraños acontecimientos sobrenaturales que se produjeron en un decadente palacio veneciano transformado en hotel. Ubicada dentro de la literatura victoriana de misterio y suspense, se mueve dentro del terreno detectivesco, pues no en vano su autor está considerado uno de los iniciadores del género de la novela policíaca. Maestro de la intriga y del suspense, sus tramas suelen envolver al lector en una atmósfera de miedo y fantasía, de misterio y angustia, y sus finales suelen caracterizarse por ser bastante imprevisibles.

Todo esto puede verse en el argumento de esta obra, donde el lector se encuentra con un edificio donde todas las personas que pernoctan en cierta habitación (evidentemente escenario de una muerte) sufren fenómenos tales como insomnio, pesadillas, olores nauseabundos, y otras molestias causadas siempre por la noche. En el interior de las paredes de este siniestro hotel se entrecruzan las historias de los diferentes personajes que por él deambulan, cada uno con su propia motivación.

Intrigas, crímenes, amores despechados, herencias, desapariciones y un tenebroso hotel de por medio, un atractivo argumento que hará las delicias de los amantes del género.

4.- El Castillo de los Cárpatos (Julio Verne, 1892)

En las profundidades de Transilvania, en una región aislada y supersticiosa, la inesperada visión de humo en la torre de un castillo misterioso sugiere una presencia diabólica. Un valiente guardabosques y un médico cobarde van a explorar el castillo y son rechazados por fuerzas siniestras. Por su parte, un joven conde valaco que ha perdido a su amada, la célebre cantante Stilla, que murió en el escenario, cree oír su voz en las inmediaciones del recinto…

Publicada en el Magasin d’Education et de Récréation, como otras muchas de sus novelas, y aunque en principio su argumento promete mucho, es cierto que no estamos ante una de las mejores historias del maestro de la ciencia ficción, Julio Verne. Todo el mundo conoce las obras de Verne, que contiene clásicos como 20.000 Leguas de Viaje Submarino, Viaje al Centro de la Tierra o La Vuelta al Mundo en 80 Días. Sin embargo esta mezcla de misterio, terror y ciencia no sale muy bien parada, en cuanto su argumento es flojo, los personajes carecen de un perfil claro y la explicación científica final es un tanto absurda. Sin embargo posee cierto encanto, más aún porque Bram Stoker calcó ciertos elementos de esta novela (el castillo misterioso, el conde valaco, la región de Transilvania…) para implantarlos en su inmortal Drácula. No voy a entrar en las diferencias entre Julio Verne y H.G. Wells, puesto que ello necesitaría de un artículo de muchísimas páginas, pero estoy seguro de que el creador del Hombre Invisible o La Máquina del Tiempo hubiera sabido hacer de esta historia un producto más ameno y aventurero que el que aquí nos encontramos.

5.- Drácula (Bram Stoker, 1897)

Vale, hago trampa. Está claro que la obra maestra de Bram Stoker no es una novela de casas encantadas estrictamente hablando, pero ¿hay algo más siniestro que la morada del viejo conde vampiro? El castillo de Drácula, inspirado en el auténtico y real Castillo de Bran de Rumanía, es en la novela el elemento que inicia la trama, con Jonathan Harker viajando rumbo a él en la oscura y tétrica noche. Ya sabemos todos lo que le ocurre al joven abogado en el interior de esos muros malditos, escuchando a los lobos aullar a la luz de la luna, viendo fenómenos extraños como la visión de las tres vampiresas o el propio Conde trepando cual horrible araña en busca de alimento. Y por supuesto, el castillo es también el factor importante en la conclusión de la historia, en cuanto Drácula vuelve a él para encontrar ante sus puertas su destino final.

«Repentinamente tuve conciencia de que el conductor estaba deteniendo a los caballos en el patio interior de un inmenso castillo ruinoso en parte, de cuyas altas ventanas negras no salía un sólo rayo de luz, y cuyas quebradas murallas mostraban una línea dentada que destacaba contra el cielo iluminado por la luz de la luna».

Tétrico, ¿no?

Por supuesto la imagen del Castillo de Drácula es todo un icono dentro del cine de terror, con su máximo exponente en el Drácula de la Hammer (1958) y en el Drácula de Coppola (1992). Y si hablamos del Conde, por supuesto también tendríamos que hablar de Frankenstein, otro monstruo clásico donde también cobra importancia la morada de la criatura, aunque más como lugar maldito donde se realizan terribles experimentos y es mejor purificar con el fuego. Puestos a elegir, me quedo con la adaptación al cine de la novela de Mary Shelley que hizo James Whale en 1931 (el Frankenstein de la Universal), y con La Maldición de Frankenstein de Terence Fisher (Hammer, 1957). Y por supuesto, recomendar La Mansión de Frankenstein (1944) y La Mansión de Drácula (1945), dos grandísimas películas clásicas con mansiones, monstruos y terror en blanco y negro a saco.

6.- Otra Vuelta de Tuerca (Henry James, 1898)

La famosa novela del escritor estadounidense es conocida por todos, y ha sido llevada al cine y a la televisión varias veces. James utilizaba en sus relatos y novelas el recurso del análisis de los personajes desde un punto de vista interior, técnica que pone de manifiesto en este drama con tintes de suspense. No es una historia de terror, a pesar de la presencia de fantasmas en la mansión Bly, ni tampoco llega a ser una novela romántica, aunque está provista de algunos detalles como la relación entre la pareja fantasma. Tampoco la mansión es el típico caserón embrujado, pues solo posee un viejo torreón como elemento misterioso. Sin embargo he querido incluir este título como representante de un estilo diferente al que encontraremos en el resto de obras, pues la historia de una institutriz que viaja a una mansión para encargarse del cuidado de un niño y una niña influenciados por una pareja de fantasmas es mucho más de lo que parece.

Es cierto que puede leerse como una simple historia de fantasmas, pero el hecho de que solo la institutriz los vea incita a pensar que en realidad todo está en la mente de la mujer, cuya obsesión por salvar las almas puras de los muchachos del camino del pecado marcado por los fallecidos (el ayudante personal del amo y la antigua institutriz, una pareja de pecadores de mucho cuidado) la llevará hasta el límite. Y esta dualidad es la razón del título de la obra, puesto que a medida que el lector profundiza en ella puede encontrar diversas interpretaciones.

La única pega que le veo es que carece de elementos terroríficos físicos, debido a que el miedo que propone el autor es de carácter puramente psicológico y conceptual, más relacionado con factores sociales que otra cosa (comportamiento puritano de la época, frustraciones de la propia institutriz, amores prohibidos).

Suspense (Jack Clayton, 1961) es la mejor versión al cine de Otra Vuelta de Tuerca. Es una de las adaptaciones más fieles que he visto nunca, hasta el punto de que maneja de forma soberbia esa dualidad existente en la interpretación de los hechos acontecidos en la mansión Bly, siempre a través de los ojos de la institutriz. ¿La mujer ve en realidad los fantasmas, o la inquietante verdad es que está más loca que una cabra? Magnífica dirección de Clayton, gran interpretación de Deborah Kerr como la señorita Giddens, excelente guion y fotografía… En resumen una gran película que gustará a quienes hayan disfrutado de la novela y a muchos más, puesto que hay algunas escenas que en la obra original no están y que sirven para acrecentar el misterio de la mansión.

Por supuesto que hay muchas más adaptaciones de la novela, pero desde luego yo me quedo con ésta.

7.- La Casa en el Confín de la Tierra (William Hope Hodgson, 1908)

Si ponéis este título en el buscador de internet, seguro que os saldrán multitud de críticas favorables elogiando las virtudes de esta gran obra maestra. Sin embargo mi opinión es bastante contraria. Sinceramente es un tostón, y para los que gusten como a mí de un ritmo de acción trepidante donde constantemente ocurran cosas que atrapen al lector, pues en esta obra solo lo va a encontrar al principio del libro. Y aquí es donde encuentro el mayor defecto de La Casa en el Confín…, puesto que el relato comienza magníficamente con ese par de jóvenes que en tierra extranjera encuentran una siniestra mansión en ruinas al borde de un gigantesco precipicio. Seguidamente hallan el manuscrito semienterrado que encierra toda la historia del antiguo dueño de la mansión, que es el meollo del asunto. El hombre realiza un viaje interdimensional donde se encuentra en un paraje extraño habitado por horrores cósmicos, y al regresar descubre que en el barranco adyacente a su casa habitan alguno de estos horrores, los llamados Hombres-Cerdo. Estas malignas criaturas atacan en masa la mansión, y el hombre debe defenderse con una simple escopeta y su ingenio como únicas ayudas. Y se acabó lo bueno.

Llegados a este punto Hodgson abandona la línea de la acción y el misterio al más puro estilo pulp para adentrarse en el terreno de la descripción lovecraftiana dentro del campo del horror cósmico. No digo que esos dos últimos tercios del libro no tengan una brillantez literaria, hasta el punto de que un lector acostumbrado a esas descripciones grandilocuentes encontrará interesante el viaje dimensional del protagonista, pero ya digo que la constante repetición y la falta de acción durante tantas y tantas páginas se hace cansino y tedioso. Como siempre, para gustos colores. Pero creo que una obra como esta, elevada hasta los altares de la literatura por innumerables críticos, al menos debe constar en esta lista de casas encantadas.

Por supuesto que tiene cosas buenas, con ese caserón solitario de Irlanda asediado por espantosas criaturas híbridas que provienen de un abismo infernal, y los viajes espacio-temporales del protagonista a otras realidades incomprensibles que conforman un cuadro de imágenes brillante que fuerzan la capacidad imaginativa del lector. Y por supuesto, el tema subyacente de que la humanidad es solo una mota de polvo en un cosmos habitado por terrores que es mejor no contemplar jamás. Se nota mucho la influencia que tuvo este autor sobre otros posteriores como Lovecraft, pues ambos abordan el tema de horrores ancestrales que esperan ocultos para tomar el control de nuestro mundo.

La Casa en el Confín de la Tierra tiene una versión en cómic publicada por Vértigo en el año 2000, y aunque no es uno de los mejores cómics del mundo creo que es bastante recomendable pues en este formato no suelen encontrarse obras de estas características. Con ciertas diferencias respecto al libro original de Hodgson, los autores Richard Corben y Simon Revelstroke realizan una digna obra que mezcla con acierto el terror, la ciencia ficción y la fantasía, destacando la potencia visual de la plasmación en viñetas de las ideas planteadas por Hodgson. Un claro ejemplo de cómo resumir decenas de páginas descriptivas en imágenes, haciendo válido el dicho: una imagen vale más que mil palabras. No siempre es el caso, por supuesto, pero aquí sí que se da.

Ya que hablamos de Hodgson y casas encantadas, también debemos mencionar otra obra de prestigio como es Carnacki, el Cazafantasmas (1913, Editorial Eveleigh Nash), una recopilación de cuentos de misterio protagonizados por el investigador de lo paranormal Thomas Carnacki. Estas historias tienen algo más de ritmo y algunas de ellas fueron publicadas a posteriori en la revista Weird Tales. El protagonista es una especie de Sherlock Holmes encargado de investigar delicados asuntos donde a priori parecen intervenir fenómenos del mundo oculto. Mansiones misteriosas de estilo victoriano, espíritus ruidosos, toda clase de fenómenos extraños, rituales,… todos estos elementos y muchos más se hallan en estas historias donde, como siempre, son resueltas gracias a la capacidad deductiva de Carnacki, como por ejemplo en La Casa entre los Laureles (1910).

8.- Perdidos en la Noche (John Boynton Priestley, 1927)

Imposible de conseguir en castellano actualmente, esta obra cuyo título original es Benighted solo puedo comentarla desde el punto de vista de sus dos adaptaciones al cine, que analizo a continuación.

La primera de dichas adaptaciones fue El Caserón de las Sombras (James Whale, 1932), un clásico del género que contó en su reparto con estrellas del talento de Boris Karloff (La Momia), Melvyn Douglas (Capitanes Intrépidos) o Charles Laughton (La Vida privada de Enrique VIII). Aquí nos encontramos a un matrimonio y un amigo de la pareja que por culpa de una gran tormenta deben buscar refugio en una (qué casualidad) siniestra mansión alejada de todo y de todos. A dicha mansión acude también por el mismo motivo otra pareja, un gordo ricachón y su bella acompañante, y todos juntos deberán enfrentarse a los misterios de la mansión. Los habitantes de la casa no tienen desperdicio, con esa pareja de hermanos cuyas caras ya lo dicen todo, y con ese criado con pinta de bestia que al emborracharse se vuelve loco. Y el que está encerrado en la habitación del piso de arriba, otro enajenado más.

La atmósfera de toda la película es de una total inquietud, desde el principio hasta el fin, y es de lo mejor del film junto a las interpretaciones de los locos (recordad que estamos hablando de una producción de los años treinta). Sin embargo el tema del romance entre el amigo del matrimonio y la chica del gordo es un poco pastelero, y junto a cierto aire jocoso que rezuma durante toda la película contribuye a restar seriedad al conjunto, que podría haber sido aún más aterrador. Pero de todas formas recomiendo echarle un vistazo, al fin y al cabo sale Boris Karloff.

El Caserón de las Sombras (William Castle, 1963) es el correspondiente remake de la Hammer de la película anterior, y si tengo que elegir una sola palabra para describir este film, yo diría que la mejor es “decepcionante”. En todos los aspectos. Me considero un gran fan de la productora inglesa, pero he de decir que estamos posiblemente ante la peor de todas las películas de la Hammer, y seguramente también ante la peor del director (que curiosamente había dirigido en 1959 una obra maestra del mismo género, The House On Haunted Hill, que analizamos en el párrafo siguiente). La culpa de todo es el pésimo guion y el tono excesivamente cómico que impregna todas las secuencias, además de las pobres interpretaciones de los actores que parecen tomarse a broma sus propias actuaciones. Ni siquiera la recomiendo para su visualización, alejaos de ella y quedaros con la versión de Karloff.

9.- La Mansión de los Horrores (William Castle, 1959)

Estamos ante uno de los clásicos del género, sin duda. Protagonizada por el siempre eficaz Vincent Price, quien lleva el peso de toda la película, la acción de The House on Haunted Hill sitúa al espectador en una lúgubre mansión alquilada por un millonario para organizar una fiesta a su flamante esposa. El anfitrión invita a cinco personas desconocidas con la finalidad de obsequiarles con 10.000 dólares a cada uno si permanecen toda una noche en el tétrico lugar (donde por cierto ocurrieron unos crímenes escabrosos anteriormente). Encerrados y sin ninguna posibilidad de escapar ni poder comunicarse con el exterior, tanto invitados como anfitriones se enfrentarán a un juego mortal lleno de misterio y fenómenos paranormales que sabe unir con maestría los géneros de casas encantadas y el de detectives, pues la premisa del ¿quién lo hizo? es la base de todo el film.

Al hablar de esta película hay que recordar que en su estreno se perpetró la broma, posteriormente copiada hasta la saciedad, de hacer sobrevolar un esqueleto sobre los asustados espectadores a la vez que se acompañaba de diversos efectos sonoros, muestra del carácter chistoso de su director.

Aunque estamos ante una película de bajo presupuesto y que tal vez no haya envejecido demasiado bien, es una excelente muestra de un tipo de cine honesto apoyado en dos pilares fundamentales: las interpretaciones de su principal reparto, con Price a la cabeza, y el magnífico guion, lleno de giros y sorpresas que mantienen la curiosidad del espectador de principio a fin.

Este gran clásico del género de casas encantadas tuvo un remake en 1999, La Casa de la Colina Encantada, dirigida por William Malone y producida por ilustres como Joel Silver y Robert Zemeckis. En sus papeles principales destacan Geoffrey Rush y Famke Jansen, que son aquí la pareja de anfitriones que invitan a los desconocidos a pasar la noche en la consabida mansión (aquí un antiguo manicomio reconvertido en mansión moderna). No es una gran película pero entretiene, aunque para nada hace olvidar la versión anterior. Como dato curioso el personaje que interpreta Geoffrey Rush es un homenaje a Vincent Price, de hecho se apellida igual y posee su mismo peinado y bigote. Pero donde esté el original sobran las imitaciones, y más cuando la película tiene muy poco que ver con versión clásica. Una casa que cobra vida realiza las invitaciones a través de internet, porque los invitados son descendientes de los únicos habitantes del antiguo manicomio que escaparon con vida. Alucinante.

Sobre la secuela de esta versión, Regreso a la Casa de la Colina Encantada (2007), solo decir que es infumable, un total despropósito cuyo visionado implica una auténtica pérdida del tiempo que se puede emplear en cuestiones mucho más provechosas, como por ejemplo leer cualquier relato o artículo de la web RelatosPulp.com. Ahí queda.

10.- The Haunting of Hill House (Shirley Jackson, 1959)

Este libro posee 204 páginas en la versión que llegó a mis manos. Solo diré una cosa: no ocurre nada en absoluto hasta la página 100, y solamente unas pocas cosas interesantes en las 50 páginas posteriores. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que aunque hay una casa en el campo, hay personajes invitados a ella para presenciar (supuestos) fenómenos paranormales, y hay ciertos indicios de misterio, el libro no debería categorizarse como de terror, pues el posible lector atraído por la portada o la sinopsis se enfrentaría a una decepción absoluta.

La historia nos presenta a una mujer en la treintena que ha pasado toda su juventud cuidando de su madre enferma. Una vez que la razón de su existencia se extingue, la chica se encuentra sola y perdida en el mundo, por lo que decide aceptar la invitación de un profesor a pasar unos días en una supuesta casa encantada. Allí se encontrara con otra serie de personajes tan perdidos como ella misma, cada uno con su propia personalidad y objetivos, todos esperando a que suceda algo en la susodicha casa.

Y junto a los personajes el lector también espera (o mejor dicho, desespera), pues como he dicho antes no ocurre absolutamente nada interesante desde el punto de vista del misterio (ya no digo terror pues no lo hay) hasta bien entrado el libro. Solo me quedo con un detalle, y es la extraña arquitectura que presenta la casa, capaz de alterar el sentido de la percepción de cualquiera que la observe con detenimiento.

Sin embargo no sería justo por mi parte dejar de señalar algunos aspectos positivos, como por ejemplo que es un relato de su época (demasiado, quizás), y a los que les gusten los relatos de relaciones entre personas desde el punto de vista femenino y con una pizca de misterio (poca y al final) seguro que no se sentirán defraudados. La frase que cita repetidamente la protagonista de la novela («Los viajes acaban con el encuentro de los amantes») ya refleja el tipo de historia de que se trata. Además, esta historia sentó las bases para otras similares, donde se repite la misma premisa argumental: una persona perdida necesitada de encontrar su lugar en el mundo, una casa o mansión con cierta historia antigua que tiene hambre de almas perdidas y el enfrentamiento tenso entre ambas que culminará con un clímax donde se explique la causa del misterio.

Es una pena que La Maldición de Hill House, supuestamente considerado un pilar básico del género de casas encantadas, carezca de fantasmas espectrales, poltergeists y otros fenómenos propios del terror. Es más un relato de cómo ciertos factores anímicos y ambientales poseen la capacidad de sugestionar al receptor, fundamentando todo el argumento en conceptos lógicos.

Y otro aspecto positivo del libro es que sirvió de inspiración a la película The Haunting (Robert Wise, 1963). El film es una gran adaptación de la novela, tan buena que a mi punto de vista la supera, si bien es cierto que adolece de un gran número de minutos donde no ocurre nada de interés (al igual que sucedía con la novela). Al igual que en Otra Vuelta de Tuerca, en The Haunting también existe esa dualidad entre fenómenos extraños reales y paranoias creadas por la autosugestión, aunque en la película se crea un ambiente de inquietud mucho más explícito gracias a la mano de su director (algo que agradece mucho el espectador que busca más el suspense que el drama).

The Haunting tiene su encanto en el tema técnico, con los efectos de iluminación y el contraste de los blancos y negros, y por supuesto en la excelente interpretación de Julie Harris como Eleanor (la protagonista), con ese personaje de muchacha inocente e ingenua que poco a poco se adentra en la locura, poseída por la influencia de la casa. Pero lo mejor es la casa, con sus ruidos, sus puertas misteriosas que se abren y se cierran solas, con sus rincones oscuros y largas escaleras, y esos grandes espejos convenientemente situados en lugares estratégicos para dar sustos.

Como puntos negativos, pues los momentos de excesiva lentitud y los monólogos de la voz interna de Eleanor, que a veces se hacen demasiado pesados y reiterativos.

The Haunting (Jan de Bont, 1999) es el típico remake surgido a raíz del ansia de versionar todas las películas de terror clásicas. La historia es la misma que en la novela y en la película clásica de Robert Wise, con esa Eleanor que intenta encontrar su lugar en el mundo y es atraída por la mansión encantada. Se mantiene el profesor que desea realizar un experimento científico en grupo, aunque esta vez con el tema del insomnio y del miedo como factores de dicho experimento. A pesar del reparto (Liam Neeson, Catherine Zeta Jones, Lili Taylor y Owen Wilson), de los efectos especiales (muy buenos en su época pero hoy día no tan brillantes), de la ambientación (excelente diseño de la grandiosa mansión), el film no logra encandilar del todo al espectador quedándose en un espectáculo visual demasiado frío. Tampoco ayuda la última media hora de la historia, que cambia el argumento original para caer en el tópico del espíritu del antiguo propietario que es un ente maligno, atormentador de niños. No es una mala película, pero desde luego no es ninguna obra maestra y a los pocos días de haberla visto uno se olvida de ella con gran facilidad.

11.- 13 Fantasmas (William Castle, 1960)

No es tan conocida como The Haunting o House on Haunted Hill, pero es también otra película clásica del género de casas encantadas. La historia es bastante diferente a esos otros clásicos, pues aquí se trata de una familia endeudada que recibe por sorpresa una herencia de un familiar lejano. Y dicho legado es, como no podía ser de otra forma, una casa habitada por no uno, sino trece fantasmas (cada cual con una personalidad propia). Criada siniestra, dinero escondido en secreto en el interior de la casa, fantasmas rondando por doquier, ouija,…aquí hay un poco de todo, rodado con cierto sentido del humor que induce al espectador a no tomarse demasiado en serio la película. Y por si fuera poco, también está el hecho de los letreritos que avisan de que hay que ponerse las gafas de plástico de colores para ver mejor a los fantasmas (sí, me refiero a aquella técnica anticuada del 3D mitad rojo, mitad azul). Un poco cansino para mi gusto, y además los fantasmas no dan miedo alguno (más bien dan risa).

Sin ser ninguna obra maestra es entretenida y te hace pasar un buen rato, además de que la historia es bastante original al alejarse del planteamiento de otros films similares. Eso sí, es una película corta y sencilla, para una tarde de palomitas y coca-cola.

13 Fantasmas (Steve Beck, 2001) es un remake muy distinto de la película clásica, tanto que apenas es reconocible el argumento base. La familia arruinada que recibe en herencia la casa, con sus trece fantasmas encerrados, es lo mismo. Sin embargo aquí la casa es una especie de máquina para abrir un portal con la energía de los fantasmas, una excusa para ver cómo se comporta cada uno de ellos. La película tiene un tono más terrorífico que la clásica, pero es cierto que el argumento es un poco absurdo y al final tanto fantasma apareciendo y desapareciendo lo único que hace es marear.

No creo que esta película sea mejor o peor que la de 1960, es diferente, pero ambas tienen en común que no son precisamente las mejores de todas las que se mencionan en este artículo, pero aun así las incluyo por el hecho de alejarse de los planteamientos típicos de las casas encantadas.

12.- Horror en la mansión Fordyke (Robert Hartford-Davis, 1964)

Sir Richard Fordyce regresa a su hogar proveniente de Londres, junto a su flamante esposa. A partir de ese momento, Sir Richard comienza a ser víctima de visiones fantasmales que amenazan con volverlo loco. Con este sencillo argumento se inicia The Black Torment, una buena historia de terror clásico ambientada en la campiña inglesa del siglo XIX, más o menos. Asesinatos de jóvenes mujeres, un anciano que solo se puede comunicar con señas, apariciones espectrales en mitad de la noche, historias de suicidios en extrañas circunstancias…Vamos, un poco de todo, al estilo de las películas de suspense e intriga de los años sesenta. No hay efectos especiales, y las actuaciones son poco brillantes, por lo que todo el peso de la película recae en la ambientación y en el guión, que finaliza en una lucha a espadas para que también haya un poco de acción. Cierto es que al final no hay ningún elemento sobrenatural y todo es un truco (como muchas de las historias similares de aquella época), por lo que representa muy bien dicho estilo.

Una película que es lo que es sin engañar, entretenida si te gustan los clásicos.

13.- La Casa Infernal (Richard Matheson, 1971)

Una gran novela referencia del género que nos ocupa, sin lugar a dudas, surgida de una de las mentes más brillantes en materia pulp. El maestro Matheson no tiene necesidad de presentación, pues es mundialmente conocido gracias a multitud de obras del género, las cuales han sido llevadas numerosas veces a la gran pantalla (El Increíble Hombre Menguante, En Algún Lugar del Tiempo, Más Allá de los Sueños o Soy Leyenda son algunos ejemplos, pero hay muchos más). En La Casa Infernal, Matheson nos cuenta la historia de un grupo de personas contratadas por un excéntrico millonario para que investiguen lo que ocurre en una peculiar mansión con una leyenda negra a sus espaldas. Un científico escéptico, su mujer, una joven médium y el único superviviente de una anterior expedición a la casa, conforman el cuarteto protagonista de esta historia que combina con acierto los fantasmas, poltergeists, posesiones, y por supuesto casas embrujadas. Una gran novela que en su momento supuso toda una reinvención del género, introduciendo esa catalogación de médiums (físicos, psíquicos,…) y ese elemento científico (la máquina purificadora de energías residuales del doctor Barrett) que modernizan la historia para alejarla ligeramente de la típica casa encantada con fantasmas.

Ciertamente existen un par de elementos discordantes, como la falta de un protagonista carismático que asuma el peso de la trama (los cuatro habitantes de la casa merecen una buena tunda por su torpe comportamiento), o el supuesto enigma sobre si es Belasco el único fantasma o simplemente el líder de un grupo de ellos (para mí ni es importante para la historia ni tampoco es ninguna sorpresa en la escena final). Pero son cosillas que tampoco desmerecen el conjunto de esta historia de suspense con tintes de terror, gran ejemplo de cómo tratar con respeto el género de mansiones encantadas.

Mi consejo: si no habéis leído La Casa Infernal, id ahora mismo a hacerlo.

La Leyenda de la Casa del Infierno (John Hough, 1973) es la adaptación al cine de la novela de Matheson, con guion del propio autor, por lo que no sorprende la fidelidad con el libro. Salvo por un par de detalles menores, todo lo que se narra en la obra literaria ocurre en la película, por lo cual hereda tanto sus virtudes (muchas) como sus defectos (pocos). Aunque se le nota el paso del tiempo, esta historia sobre el enfrentamiento entre lo racional (explicación científica) y lo irracional (explicación paranormal), que trata temas como los poderes mentales, el terror supersticioso, el pensamiento religioso y la más pura fantasía, aún sigue siendo un clasicazo que invita a ser revisionado. El climax final del film, con ese Fischer enfrentándose a insultos al fantasma de Belasco, original e inmejorable. El ambiente de la casa, con esos fenómenos paranormales que pueden ser causados de forma inconsciente o provocados por fantasmas, está muy bien conseguido.

Veredicto: película imprescindible y que invito a visualizar tras haberse leído previamente la novela.

14.- La Mansión de los Crímenes (Peter Duffell, 1971)

Producida por Amicus, la prima hermana de la Hammer, este film de terror setentero está formado por cuatro historias distintas con un único denominador común. ¿Adivináis cuál? Pues sí, un tétrico caserón que un agente inmobiliario se dedica a alquilar. También tenemos a un Inspector de Scotland Yard que investiga la desaparición del último inquilino de esta peculiar vivienda, un tipo escéptico que se niega a creer que el inmueble está maldito o encantado, a pesar de que uno de sus agentes le cuenta la historia de las tragedias que arrastra.

El primero de los cuatro relatos cuenta la historia de un escritor de novelas de terror que se aloja en la casa junto a su esposa para escribir una nueva obra. Nada más ver el interior de la siniestra casa y la biblioteca llena de tomos interesantes, el escritor (cuyo actor no es otro que Denholm Elliot, el amigo despistado de Indiana Jones) decide quedarse a pasar unos días. Muy pronto quedará bajo la influencia de la casa, sometido a extrañas visiones de un asesino psicópata y monstruoso. Conspiración amorosa, traición y locura, unidas a un ambiente de terror, es lo que el espectador encontrará en esta historia inicial.

En el segundo de los relatos, un nuevo inquilino decide alquilar la casa buscando la paz y la soledad, supuestamente para olvidar el dolor por una mujer fallecida (la del retrato). El protagonista, nuestro querido y archiconocido Peter Cushing (el Barón Frankenstein y el profesor Van Helsing de las producciones de la Hammer), se irá de paseo por la ciudad hasta darse de bruces con un terrorífico museo de cera, obsesionándose con la figura de una bella fémina muy parecida a la que intenta olvidar. Y como en todo buen museo de cera que se precie, el horror está servido…

Si Cushing era el actor principal de la historia anterior, en la tercera narración es su amigo y no menos genial Cristopher Lee quien asume el protagonismo, junto a su pequeña hija y la institutriz que contrata para que cuide de ésta. La mujer pronto se dará cuenta del extraño comportamiento del padre hacia su hija, hasta averiguar la terrible verdad en el clímax final de la historia.

El cuarto relato, que conduce directamente al final de la película, es todo un homenaje a las películas de vampiros, con esa frase que dice el protagonista “…el mejor Drácula es el de Lugosi, no el de ese otro tipo…”, un divertido guiño si recordamos que Lee (protagonista del anterior relato) fue el Drácula de la Hammer. Aquí encontramos a un actor maduro especializado en películas de chupasangres, prepotente y de vuelta de todo, que decide comprar una capa de vampiro en una tienda. Sin embargo la capa es verdadera, y poco a poco se irá convirtiendo en un auténtico vampiro…

Aunque no estamos ante una obra maestra, es una película bastante digna, y encima de relatos, cosa bastante poco común. Tiene ingenio, terror, humor negro y buenas actuaciones, y a mí me entretuvo bastante. Unos relatos gustarán más que otros, y es cierto que la casa no resulta un factor realmente importante en alguno de ellos, pero es un producto que creo que merece estar en este pequeño compendio de mansiones misteriosas.

15.- Holocausto (Robert Marasco, 1974)

En Burnt Offerings el lector se encuentra con una familia convencional que se va a pasar las vacaciones veraniegas en una casa en el campo alquilada por cuatro duros. Aún extrañados por el precio y por la extravagancia de los propietarios, deciden instalarse allí con la condición de cuiden de su anciana madre que nunca sale de su cuarto y a la que tienen que dar de comer. Poco a poco todos los miembros de la familia se enfrentan a sucesos extraños relacionados con la casa, hasta desembocar en un final quizá excesivamente apresurado.

A decir verdad el libro no da mucho miedo, pues se dedica mayoritariamente a presentar las andanzas de los personajes y como sus comportamientos van cambiando a medida que la casa los somete a su influencia maligna. De hecho uno de los defectos del libro es que se apoya en personajes demasiado estereotipados y con poca profundidad, como son el ama de casa que va envejeciendo, la tía mayor que enferma progresivamente, el esposo trabajador que ve agriado su carácter y por supuesto el niño miedoso. Además las acciones de los protagonistas al enfrentarse a los sucesos en la casa sugieren la carencia de un mínimo sentido común, pues si recordamos están alquilados por un bajo precio para pasar las vacaciones (un grillete liviano como el papel que no justifica su permanencia en la vivienda al primer conflicto grave).

Sin ser una obra maestra del terror tiene ciertos aspectos interesantes, como el hecho de que claramente inspiró la novela de Stephen King «El Resplandor», con la que comparte multitud de detalles. Puede que Holocausto no sea una novela tan detallista como La Maldición de Hill House, ni ofrezca una buena dosis de terror como la encontrada en La Mansión Infernal, ni tampoco construya a sus personajes como con el nivel de King en El Resplandor, pero tiene su punto: ese toque nostálgico de los años 70, su atmósfera de inquietud progresiva, y ese final sorpresivo que no revelaré.

Dan Curtis llevó en 1976 esta historia con el título en España de Pesadilla Diabólica, con guion de William F. Nolan (La Fuga de Logan), casualmente filmada en la misma mansión que sirvió de escenario a la funeraria de una gran película de culto como fue Phantasma (de Don Coscarelli). Protagonizada por un reparto de lujo encabezado por Oliver Reed (el que fuera el Hombre Lobo de la película de 1961), Karen Black, Bette Davis y Burgess Meredith (el entrenador de Rocky). No es una película muy brillante y se nota que está destinada a ser un producto televisivo más que otra cosa, pero es muy fiel a la novela excepto en el final (aquí más escalofriante y terrorífico). Desde luego no es El Resplandor de Kubrick, pero entretiene un rato.

16.- Horror en Amytiville (Jay Anson, 1977)

Todos los acontecimientos que se relatan en este libro son (supuestamente) verdaderos. La historia es sobradamente conocida, pues los sucesos de la famosa casa de Amytiville están en la mente de todos los amantes del género, gracias especialmente a las películas y a los programas de radio y televisión que cada cierto tiempo se hacen eco de dichos acontecimientos. La novela narra (en clave de documental) lo que le sucedió al matrimonio formado por George y Kath Lutz cuando compraron la casa donde tiempo atrás había sucedido uno de los mayores crímenes de la zona. Ronald de Feo había matado a toda su familia porque unas voces en su cabeza se lo habían ordenado. Posteriormente, los Lutz (y también el párroco local, el padre Mancuso) fueron testigos de fenómenos extraños e incomprensibles, hasta el punto de que el horror pudo sobre su aguante y tuvieron que abandonar la casa una noche con lo puesto.

Personalmente, a mí el libro no me ha gustado demasiado, tal vez porque previamente lo más interesante ya lo había visto en las dos películas, y entre el estilo narrativo empleado y que entra en demasiados detalles de la vida de la pareja que no tienen que ver con la trama, al final uno termina no aburrido pero si cansado, y quizá lo mejor sea la parte final.

Terror en Amityville (Stuart Rosenberg, 1979) fue el primer film basado en la novela, y que dio pie a toda una saga de películas (la mayoría de baja calidad y directas al mercado doméstico). A pesar de las malas críticas que tuvo, su éxito comercial y su popularidad dentro del género la mantiene muy viva en el recuerdo. Aunque no es El Resplandor, ni Al Final de la Escalera, ni tampoco Poltergeist, estamos ante un film de terror sobrio, quizá con un tono más de cine de suspense que de horror puro.

El argumento base es el de siempre, una casa construida sobre un terreno maldito al cual se muda una familia que empieza a ser acosada por fenómenos malignos y de procedencia desconocida. En su momento fue original (no se había estrenado Poltergeist), estaba basada en hechos supuestamente reales y mezclaba casas malditas con el tema religioso (los sucesos al padre Mancuso, quizá lo único en que es mejor el libro que la película).

Eclipsada hoy en día por otras películas más famosas y con mayores efectos, el film aún se deja ver y sigue siendo bastante recomendable, sin ser una maravilla.

La Morada del Miedo (Andrew Douglas, 2005) es el remake de la película anterior, una nueva puesta a punto de la novela de Jay Ansón. Con Ryan Reynolds y Melissa George como pareja protagonista, una vez más vemos el mismo argumento con el matrimonio Lutz y su familia iniciando una nueva vida en la casa maldita. Más “cacaos” para su productor, que no es otro que Michael Bay, lo cual se nota (y bastante) en el diseño del producto final. Básicamente es lo mismo de siempre, pero con más y mejores efectos especiales, para que el público objetivo (los típicos adolescentes) se lo pase pipa entre susto y susto. Esta película, con el mismo argumento que la de Rosenberg de 1979, representa justo el estilo contrario, lo que resulta un curioso ejemplo de cómo enfocar las cosas según lo que uno quiera conseguir. A pesar de las críticas que obviamente recibió al ser un remake, a mí me pareció entretenida y me dejó mejor sabor de boca que cuando leí el libro.

Mi consejo es que veáis las dos películas y comparéis, y lo hagáis antes de que en abril de este año estrenen la nueva versión.

17.- El Resplandor (Stephen King, 1979)

Sobre King, el Rey del Terror literario, no hay nada que decir pues todo está dicho ya. Simplemente mencionaré que para mí este gran autor tuvo una primera etapa muy interesante (desde Carrie en 1974 hasta más o menos La Mitad Oscura en 1989), después de lo cual se me hizo un autor bastante pesado.

El Resplandor entra pues en esta primera etapa del genio (fue su tercera novela), donde nos narra las peripecias de un hombre impulsivo que decide iniciar una nueva vida con un nuevo trabajo como encargado de un hotel. Junto a su aprensiva mujer y su pequeño hijo (capaz de ver cosas sobrenaturales), la vida del nuevo encargado dará un brusco cambio cuando comiencen a manifestarse extraños fenómenos dentro de lo que es el auténtico protagonista de la historia: el siniestro hotel y los fantasmas que lo habitan.

A los que le guste el estilo de King, con esos personajes traumáticos con fantasmas internos, esos niños siempre con algún tipo de problema, y ese tipo de historias sobre como un factor externo (el hotel) va influyendo poco a poco en sus vidas, aquí tenéis una buena muestra. El genio en su máximo esplendor.

El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980) es la obra maestra del género, por mucho que le pese al propio King que tuvo lo suyo con el director (Kubrick escribió el guion dejando de lado a King, quien siempre renegó del film alegando que el director no entendía las reglas del género del terror). El argumento es esencialmente el mismo que el de la novela, presentando a Jack Torrance (magnífico e inolvidable Jack Nicholson), un maestro de escuela aspirante a escritor, que decide aceptar un trabajo como encargado de mantenimiento en el hotel Overlook. Hasta allí se trasladará con su mujer (la adorable Shelley Duvall) y su hijo, aprovechando el aislamiento del lugar para escribir un libro.

Aunque hay partes de la novela que no están presentes en la película y viceversa, no se puede negar que estamos ante una de las grandes obras del género de terror y de las casas (aquí un hotel) encantadas. Una historia de personajes y sus miedos, con tintes sacados de la obra de Lovecraft o de Poe, pero con un tratamiento mucho más moderno.

El paso del tiempo no ha afectado lo más mínimo a esta gran película, y cada vez que uno la ve termina descubriendo ciertos elementos en los que antes no había caído. Para el recuerdo quedan escenas como la del triciclo, o la del protagonista esgrimiendo un hacha intentando derribar la puerta. Soberbia dirección, magníficas interpretaciones (destacando la de Nicholson por encima del resto) y un gran guion del propio Kubrick, que hace suya la historia de King. Imprescindible su visionado.

En 1997 se llevó a la pequeña pantalla una miniserie, protagonizada por Steven Weber y Rebecca de Mornay, y dirigida por Mick Garris, cuyo guion fue aprobado y supervisado por el propio Stephen King. Aunque el resultado es un producto más fiel a la novela, no consigue hacer olvidar para nada la genialidad de Kubrick, y aparte de que se hace muy pesada verla toda seguida de un tirón, tampoco consigue destacar en ningún aspecto. Entretenida pero olvidable.

18.- Al final de la Escalera (Peter Medak, 1980)

No tan famosa como El Exorcista pero igualmente genial, y con un gran actor como George C. Scott en el papel del protagonista absoluto del film (actor que repetiría protagonismo en El Exorcista 3), The Changeling es uno de esos films clásicos de terror que no pueden ser remakeados con éxito porque lo tiene todo.

La historia trata sobre un músico que pierde a su familia en un trágico accidente, por lo que decide marchar a Seattle a vivir en un nuevo hogar y comenzar una nueva vida como profesor. Allí conoce a la bella agente inmobiliaria de la que se hace amigo, y que le enseñará la que va a ser su nueva vivienda, que no es otra que una mansión señorial largo tiempo deshabitada. Poco a poco el nuevo inquilino comenzará a observar fenómenos extraños en la casa, dándose cuenta de que existe una presencia real y palpable en su interior que desea contactar con él. Con la ayuda de una médium, el profesor descubre que se trata del fantasma de un niño asesinado hace mucho tiempo en una de las habitaciones de la casa, por lo que toma la decisión de tratar de averiguar qué es lo que realmente ocurrió…

Misterio, fantasmas, médiums, psicofonías, poltergeists, fenómenos de todo tipo… Todo esto y mucho más puede encontrar el espectador de esta gran película, que tiene el mérito de no tener efectos especiales salvo en sus minutos finales, jugando con la tensión y el suspense en cada una de las escenas, cuyo momento estelar sea tal vez la secuencia de la pelota botando por las escaleras. Máximo exponente de ese terror clásico caracterizado por la sutilencia, por el ritmo, por ese “sugerir antes que mostrar”, por la música, estamos ante una obra maestra del cine que evidentemente recomendamos a los lectores de este artículo y amantes de las casas encantadas.

En una palabra: imprescindible.

19.- Aquella Casa al lado del Cementerio (Lucio Fulci, 1981)

A estas alturas todos saben quién fue Lucio Fulci, director, guionista y actor italiano que se labró una gran carrera en el cine Giallo. Sus películas, al más puro estilo de terror extremo de la época, contenía sangre y muertes a grandes dosis, pero también guiones geniales con personajes enfrentados a situaciones violentas de absoluto horror.

Una muestra de dicho estilo es Quella villa accanto al cimitero, donde nos cuenta la historia del Doctor Norman Boyle, el cual se traslada junto a su familia a un pequeño pueblo de Boston para seguir con la investigación de su amigo el doctor Petersen (quien se suicidó después de matar a su amante). Pronto Boyle y su familia descubrirán que en la casa donde vivió Petersen suceden extraños fenómenos...

Con influencias de autores del género de terror, como Henry James, Lovecraft e incluso Stephen King (queda patente solo con ver el típico viaje de una familia a un lugar en medio de la nada), la película aborda el tema de casas que han sido construidas sobre o a lado de cementerios que condiciona la aparición de fenómenos extraños. Por supuesto que hay otros elementos, como el típico niño que solamente él puede relacionarse con espíritus, o el diseño de los escenarios que recuerdan a los de otras obras parecidas.

Si bien es cierto que el film contiene algunas secuencias mal resueltas, personajes cuyas motivaciones son algo confusas, e incluso ciertos movimientos de cámara y algunos planos demasiado extraños, estamos ante una cinta muy disfrutable del cine de terror y del gore, que recuerda a las historias de las antiguas revistas y fanzines de horror, un buen ejemplo de cine modesto y sin muchas pretensiones de un gran Fulci en estado de gracia.

20.- Poltergeist (Tobe Hooper, 1982)

Y si decíamos que Al Final de la Escalera es imprescindible, pues también lo es ésta. Poltergeist da menos miedo, es más efectista y se centra más en las consecuencias que en las causas, pero no por ello uno deja de disfrutarla. Y encima con el sello del Spielberg de los buenos tiempos (aquí productor y co-guionista), lo que le otorga un mayor interés.

La historia que nos narra Poltergeist es de sobra conocida por todos, con la típica familia norteamericana cuya feliz existencia comienza a derrumbarse cuando su casa empieza a manifestar una serie de sucesos paranormales. Aunque al principio se tratan de pequeños fenómenos (objetos que se mueven solos, o la niña hablándole al televisor), más adelante se convertirán en una marea dantesca cuando algo secuestra a la pequeña Carol Anne y se la lleva a otra dimensión fuera del mundo de los vivos. A pesar de que va en contra de sus creencias, los padres recurrirán a una médium y su grupo de parapsicólogos para intentar traer de vuelta a su hija antes de que sea demasiado tarde.

Un taquillazo de la época, Poltergeist es ante todo una película eficaz en todos sus aspectos, convertida hoy en día en un clásico ochentero que no ha podido ser olvidado ni por sus dos secuelas ni por el remake de 2015. Los efectos especiales y las situaciones por las que va pasando la familia son lo mejor del film, notándose la mano de la compañía Industrial Light & Magic (ILM) que convierte la acción en puro espectáculo visual.

Por supuesto que hay elementos de terror, como el hecho de que la casa está construida sobre un antiguo cementerio indio, si bien ese factor es básicamente una explicación argumental sobre las presencias fantasmales. Y por supuesto está también esa escena final (el segundo de ellos) con la piscina de barro y los muertos que emergen de debajo de la casa.

Una película que dejó su particular huella en la industria del cine, recaudando más de 76 millones de dólares en Estados Unidos en su estreno, y recibiendo tres nominaciones a los Óscar (mejores efectos visuales, sonido y música). Pero también hay que mencionar la famosa leyenda negra de Poltergeist, con algunos de sus actores muertos en extrañas circunstancias tras el rodaje de sus inferiores secuelas.

En resumen, otra obra del género cuya visualización resulta imprescindible, ya que su influencia en posteriores obras es mucho más que evidente.

21.- La Mujer de Negro (Susan Hill, 1983)

Cuando el joven abogado Arthur Kipps recibe el encargo de viajar a un pueblo remoto del interior, rodeado de marismas brumosas, para asistir al entierro de una anciana, no puede ni imaginar lo que le espera. Mientras intenta poner orden en el legado de la difunta, empieza a ver una extraña aparición y se introduce en una historia que los lugareños intentan olvidar: la de una madre soltera que tuvo que dejar a su hijo al cuidado de su hermana, pero el niño se hundió en las marismas mientras su madre biológica lo miraba todo impotente desde su ventana. Según dice la tradición, siempre que alguien ve al espectro de la madre, muere un niño, y a la larga Arthur Kipps comprobará en su propia familia hasta qué punto esa tradición es cierta…

Con este argumento terrorífico Susan Hill nos devuelve a una época victoriana de principios del siglo pasado donde las leyendas negras de fantasmas y casas embrujadas estuvieron a la orden del día. Con todos los elementos típicos de las narraciones victorianas del género, el mejor acierto sin duda es que el lector piensa que está ante una obra escrita mucho antes de 1983. Y como punto flojo, tal vez que a pesar de que es una novela corta hay momentos en que se hace algo pesada, y la trama se vuelve algo previsible. Pero como obra representativa del género es bastante recomendable.

La Mujer de Negro fue llevada a la pequeña pantalla en 1989, en una versión bastante floja y olvidable cuyo mayor mérito es la ambientación victoriana y un par de escenas de susto. Más conocida y mejor producción fue la versión al cine en 2012, con Daniel Radcliffe en el papel del joven abogado protagonista que se ve envuelto sin querer en la trama sobrenatural. Esta versión fue producida por la nueva Hammer, y se nota tanto en la ambientación (muy cuidada) como en el tipo de terror ofrecido (más cercano al terror clásico que al moderno de hoy en día). Daniel Radcliffe se aleja de su personaje de Harry Potter para ofrecernos una convincente interpretación, y tanto el diseño de la producción como la narración clásica son de lo mejor, sin ese ritmo precipitado ni esos grandes efectismos del terror de hoy día. Por el contrario tiene que la trama es previsible y llena de tópicos, pero hoy día todo está inventado y solo quedan dos opciones: hacer un producto digno aunque esté visto hasta la saciedad (sin arriesgar), o rizar el rizo y sacarse de la manga algo muy bizarro o tramposo (que normalmente solo consigue irritar al espectador). La Mujer de Negro claramente apuesta por la primera de dichas opciones.

La Mujer de Negro tuvo una secuela en 2015, El Ángel de la Muerte, pero básicamente era más de lo mismo y salvo algunas escenas de sustos es bastante floja, así que no entraré en ella. Vedla y opinad, a mí me pareció bastante prescindible.

Nota: Una reseña de La Mujer de Negro en RelatosPulp puede encontrarse aquí: La dama de negro, 2012

22.- House, Una Casa Alucinante (Steve Miner, 1986)

Clásico ochentero que nada a medio camino entre el terror y la comedia, que tuvo tan gran tirón que supuso la realización de tres secuelas posteriores. Un escritor de novelas de terror (con el rostro del Gran Héroe Americano, William Katt), divorciado y con un hijo desaparecido, decide mudarse a casa de una tía suya para intentar salir de su crisis personal y laboral. Al poco de llegar comienza a tener visiones extrañas en la casa, relacionadas con su periodo en el ejército y con monstruos de pesadilla, por lo que inicia una exhaustiva investigación de lo que está ocurriendo. Todo esto desencadena en una extraña aventura que le llevará a enfrentarse a su pasado en Vietnam para así poder rescatar a su hijo de El Otro Lado.

Con un guion divertido y en cierto sentido original, un reparto correcto y eficaz y un equipo técnico talentoso, la película se convirtió con el paso de los años en un auténtico film de culto. Eso sí, inicialmente tuvo una fría acogida por parte de la crítica, aunque funcionó bastante bien en taquilla. House no es una obra maestra ni nada que se le parezca, pero es una comedia de horror divertida, bien contada y con la suficiente gracia para generar tres entregas más de la saga (directamente en el videoclub).

23.- Hechizados (Lewis Gilbert, 1995)

Basada en una novela de James Herbert (Haunted, 1988), y protagonizada por Aidan Quinn y una jovencísima Kate Beckinsale (la vampira de Underworld), la historia nos sitúa en la sociedad inglesa de principios del siglo XX. Un niño pierde a su hermana pequeña en un trágico accidente, lo que le marcará con el estigma de la culpabilidad para siempre. Ya crecido, el niño se convierte en un profesor de psicología, dedicado al arte de desenmascarar fraudes paranormales y falsos médiums. Su fama hace que una mujer que vive en una mansión de la campiña inglesa contrate sus servicios para investigar los fenómenos que ocurren en su casa. Sin embargo, cuando el joven profesor acude a la mansión, se encontrará con una extraña familia además de una serie de sucesos que poco a poco convertirán su escepticismo inicial en auténtica creencia sobrenatural.

La película es una producción televisiva de escaso presupuesto, amparada en un guión flojo y muy tramposo, con interpretaciones correctas. Sin embargo es un film al que le falta chispa y le sobran tópicos, y el final tiene cierta sorpresa pero al espectador se le queda la cara de que todo el argumento es una farsa. Tiene cierto interés, pero no la considero imprescindible pues hay muchas películas de casas encantadas superiores a ésta. A destacar las escenas de desnudo integral de la Beckinsale, lo mejor del film, sin duda.

24.- Lo Que la Verdad Esconde (Robert Zemeckis, 2000)

What Lies Beneath está protagonizada por Harrison Ford y Michelle Pfeiffer en sus roles principales, y su trama trata sobre una apacible pareja que vive feliz en una confortable casa a orillas de un lago. La mujer había sido violonchelista pero decide dejar su trabajo para ser ama de casa, con el añadido de que el año anterior había sufrido un terrible accidente de tráfico por lo que no puede recordar parte de su pasado más cercano.

Pronto comenzará a percibir extraños sucesos en la casa, como una mujer muerta que se le aparece en el cuarto de baño y en el espejo; un albornoz que cae al suelo de forma repentina, dejando caer una cadena con la llave de una pequeña caja; o un retrato que se rompe, empujado por una ráfaga de viento fantasmal, que deja al descubierto un recorte de prensa con la noticia de un suceso acaecido tiempo atrás. Poco a poco la trama se va complicando, hasta el punto de sospechar de la implicación de su aparentemente pacífico marido en todo el asunto, hasta desembocar en ese final explosivo que se inicia con el magistral cambio de expresión de Harrison Ford, que demuestra que no es solo Indiana Jones y Han Solo (tomad buena nota de esta película, críticos nefastos de Ford).

En definitiva, aunque aquí podemos hablar más de una historia de fantasmas que de una casa encantada, estamos ante una muy buena película de suspense con un buen argumento (tal vez algo tópico en su escena final), excelentes interpretaciones, y por supuesto una gran dirección por parte de Zemeckis. Altamente recomendable.

25.- Los Otros (Alejandro Amenábar, 2001)

No podía faltar en un artículo español sobre casas encantadas la excepcional obra maestra de Alejandro Amenábar, la mejor película hasta el momento de toda la filmografía de este director patrio (para el que esto suscribe).

En la Isla de Jersey, año 1945, en una antigua mansión victoriana vive Grace (gran interpretación de Nikole Kidman, quien lleva el peso de casi toda la película) junto con sus dos hijos, que poseen una enfermedad que les impide exponerse a la luz llamada foto sensibilidad. Allí llegan tres personas que se ofrecen voluntarios para hacerse cargo de la casa y de los niños (la señora Mills, típica ama de llaves; el señor Tuttle, típico jardinero; y Lydia, la sirvienta tímida y muda, también típico). Pronto Grace se entera de que ellos ya habían trabajado allí antes, y luego comienzan a suceder cosas inexplicables, todo en relación a que no están solos en la casa, pues la presencia de los otros es cada vez más evidente por mucho que todos lo nieguen. Los tres sirvientes comienzan a comportarse de forma extraña hasta el punto de que parecen estar conspirando contra la señora de la casa…

Analizar al detalle esta película, como en verdad se merece, requeriría mucho tiempo y muchas páginas, así que me contentaré con citar los aspectos más relevantes. Cierto es que el film tiene pocas cosas originales, por cuanto recuerda (de forma sospechosa) tanto a Otra Vuelta de Tuerca como a Hechizados (ambas películas citadas en este mismo artículo), pero no por ello deja de ser una gran película. Amenábar maneja con maestría los elementos de la intriga y el suspense, tocando temas como la religiosidad, la vida más allá de la muerte, el amor maternal, y por supuesto el sentido de la propiedad hogareña (escalofriante el momento final cuando, una vez que la verdad es revelada, la madre y sus hijos repiten eso de «la casa es nuestra» una y otra vez).

Para el recuerdo quedará la protagonista, esa mujer angustiada al borde permanente de la locura, la enfermedad de los niños (excusa para el tema de las puertas cerradas con llave), la presencia de los otros habitantes de la casa, y por supuesto ese impactante final (que no lo es tanto si uno ve previamente el final de Haunted, el film de 1995).

Tampoco hay que olvidar el escenario donde se sitúa la trama, pues la enorme mansión victoriana, siempre rodeada de niebla, con todas sus ventanas cubiertas por cortinas que la sitúan en permanente penumbra, es todo un acierto. Y no solo en cuanto a su diseño, sino también en cuanto a su significado, pues es en realidad el limbo al que pertenecen los eternamente condenados por sus pecados.

Resumiendo, una película brillante que es un cuento fantástico de miedo, una historia de fantasmas contada desde la perspectiva contraria a la habitual. Y además, el final no trata de explicar nada más allá de lo obvio, pues la propia protagonista confiesa no saber nada más que sus propios hijos sobre su situación. Una vuelta al terror clásico desde un punto de vista novedoso, que es lo mejor de la película.

Y lo peor, porque siempre hay algo malo, es que realmente no hay un personaje “bueno” carismático que caiga bien, porque tanto Grace como sus dos hijos son tres personajes antipáticos que no conectan con el espectador, aunque eso es un factor que el director ejerce adrede. Para que al espectador no le parezca mal el castigo final a dichos personajes.

26.- La Mansión Encantada (Rob Minkoff, 2003)

Producción a cargo de Disney, esta película es una comedia infantil para toda la familia, algo que ya se anticipa al ver que la estrella protagonista no es otro que el conocido Eddie Murphy. Por ello, y porque la trama principalmente está basada en una atracción de los parques temáticos Disney, no puede tomarse realmente en serio. No hay terror auténtico, por supuesto, por lo que el único aliciente para verla son los efectos especiales y poco más. Simplemente la dejo caer aquí porque representa un estilo distinto al del resto de películas comentadas en el artículo, ya que de vez en cuando echarse unas risas no es malo. Para pasar un rato agradable con los niños después de comer.

27.- La Llave del Mal (Iain Softley, 2005)

Protagonizada por Kate Hudson, y el gran John Hurt aquí en un pequeño papel secundario, la película narra las andanzas de una joven estudiante que encuentra un trabajo para cuidar a un anciano enfermo en una casa a las afueras de Nueva Orleans. Muy pronto se dará cuenta de que en la casa pasan cosas muy raras, lo que iniciará una investigación del mundo del vudú y de las supersticiones religiosas de la zona en la que ahora vive.

Misterio, suspense, sustos, magia vudú y una casa con una leyenda de tragedias a sus espaldas forman esta película que entretiene sin decaer en ningún momento, y justo cuando todo parece apuntar a una dirección…un último giro y monumental bofetón al espectador. No es una película muy brillante, pero no es de las peores que menciono en el presente artículo, y solo por la sorpresa final merece la pena verla al menos una vez.

28.- 1408 (Mikael Hafstrom, 2007)

Basada en un relato corto de Stephen King, y protagonizada por el siempre eficaz John Cusack (con un pequeño papel de Samuel L. Jackson), la película nos traslada no a una casa, sino a un hotel. Y muy concretamente, a la habitación encantada que es la número 1408. En ella han encontrado la muerte nada menos que 56 personas, unas a causa de suicidios y otras de modo natural. El protagonista, un escritor de libros sobre lugares encantados y que recientemente había sufrido la pérdida de su hija a causa de una enfermedad, recibe una misteriosa postal que despierta su curiosidad. Y como no, el hombre se va al hotel para intentar demostrar que los fantasmas y los fenómenos paranormales no existen, encerrándose en la famosa habitación pese a todos los intentos del gerente del hotel para que no lo haga. Evidentemente el escritor se enfrentará a una terrible y horrorosa experiencia, hasta el punto de casi perder no solo su cordura, sino también su vida.

La película es interesante, aunque se basa más en los efectos visuales y en la acción frenética que en el argumento en sí. El supuesto doble final, primero que si todo ha sido una alucinación, luego que si no lo es, deja cierto sabor amargo al espectador.

En resumen, como muchas de las adaptaciones de las obras de Stephen King, entretiene pero se queda a medias, resultando en un producto simplemente correcto al que se le podría haber sacado más partido.

29.- Apartamento 16 (Adam Nevill, 2011)

Algunas puertas deberían permanecer cerradas... En Barrington House, un elegante bloque de pisos londinense, hay un apartamento vacío. Nadie entra, nadie sale. Y ha permanecido así durante cincuenta años. Hasta que una noche el vigilante oye unos ruidos después de medianoche y decide ir a investigar. Lo que experimenta allí basta para cambiar su vida para siempre. La joven Apryl llega a Barrington House procedente de Estados Unidos. Ha heredado un apartamento de su misteriosa tía abuela Lillian, fallecida en extrañas circunstancias. Se rumorea que Lillian estaba loca. Pero su diario insinúa que estuvo implicada en un suceso terrible e inexplicable varias décadas atrás. Decidida a averiguar algo sobre esta excéntrica mujer, Apryl comenzará a desentrañar la historia oculta de Barrington House. No tardará demasiado en descubrir que un mal que transforma a la gente aún habita el edificio. Y que la puerta del apartamento 16 es el acceso a algo mucho más terrorífico...

Puesto que esta obra ya está analizada en la web de Relatos Pulp, solo añadiré un par de cosas. Empieza muy bien, el libro es bastante entretenido y entra sin demora en la trama, aunque bien es cierto que posteriormente se vuelve más lenta y pesada. El libro se inicia con dos historias paralelas que terminarán uniéndose al final, hasta el punto de que entre ambas se irá desvelando el oscuro secreto que se cierne sobre el apartamento 16. Sin embargo es en su parte media, antes del final, donde está lo peor, con una serie de detalles y explicaciones demasiado largos y hasta aburridos, alejándose de la tensión e intriga que supuestamente debe impregnar este tipo de historias. Quizá una historia más corta hubiera sido mucho mejor, una pena.

Nota: Ver reseña en relatos Pulp: Apartamento 16, de Adam Nevill

30.- Expediente Warren (James Wan, 2013)

Basada en la historia real de una investigación llevada a cabo por los parapsicólogos Lorraine y Ed Warren a principios de 1970 en la granja familiar de la familia Perron en Harrisville, Rhode Island, esta película es uno de los máximos exponentes del terror moderno actual. Está llena de tópicos, tanto en los personajes como en los escenarios, la trama o los sucesos paranormales, pero aun así no solamente entretiene, sino que es capaz de provocar esa sensación de terror ausente en la mayoría de películas actuales del género. Su director crea un producto sólido, convincente, capaz de satisfacer tanto al joven espectador consumista como al cinéfilo amante de las películas clásicas, demostrando tener grandes aptitudes para el terror además de un gran conocimiento de los diferentes estilos. Por ello mezcla exitosamente la narrativa visual con los golpes de efecto, además de lograr que empaticemos con la historia de la tragedia que envuelve a la familia protagonista (grandes Patrick Wilson y Vera Farmiga).

Un puro homenaje a muchas películas de terror clásicas que demuestra que el género de las casas encantadas aún puede seguir contando historias interesantes. Si no la habéis visto, ¿a qué estáis esperando?

31.- La Cumbre Escarlata (Guillermo Del Toro, 2015)

Guillermo del Toro es un cineasta sobradamente conocido, gracias a películas como Mimic, Blade II, Hellboy o El Laberinto del Fauno, entre otras muchas. Director, guionista, productor, y también escritor (es coautor de la trilogía vampírica de la Oscuridad junto a Chuck Hogan), Del Toro es un amante del cine de misterio y terror, género al que pertenece también esta cinta.

La Cumbre Escarlata es un gran espectáculo visual, un homenaje al cine clásico de misterio cuyo eje principal gira en torno a una mansión situada justo en lo que dice el título: en una cumbre escarlata. Trata sobre una joven aspirante a escritora (algo muy poco común en la época victoriana en la que la historia está ubicada), que se enamora de un misterioso hombre de negocios extranjero. Tras la trágica muerte del padre de la joven, ésta se casa con su enamorado y ambos se van a vivir a la ruinosa mansión familiar de él (el baronet comparte su hogar con su inquietante hermana). Poco a poco la joven nota la presencia de un fantasma en la casa que intenta advertirla sobre algo…

La película se basa fundamentalmente en el diseño artístico, el vestuario, la ambientación, etc… pero falla en su sencilla historia sin ningún tipo de sorpresa, pues se ve a la legua tanto las intenciones de los hermanos, como el tema de la intervención de los fantasmas. Lo peor de todo es el final, con esa especie de pelea barriobajera entre la protagonista y la villana, que estropea el conjunto. Ya que la película es bastante convencional, el espectador se extraña de que no termine en algo más convencional (que la villana muera atrapada en la arcilla, o caiga por el precipicio, o que se suicide porque el plan le ha salido mal). Pero lo de la pelea entre dos verduleras, que solo falta que se arañen la cara y se estiren del pelo, es bastante deplorable.

En resumen, un bonito cuento gótico que rescata el género y que aprovecha la moderna tecnología para los efectos visuales y la puesta en escena, pero al que le falta algo más en su argumento para estar a la altura de otras películas de casas encantadas como Los Otros, por ejemplo.

Los Comics y las Casas Encantadas

Si bien es cierto que hemos visto algunos cómics que tratan el tema de las casas encantadas, como el de La Caída de la Casa Usher o La Casa en el Confín de la Tierra, hay dos volúmenes que me gustaría citar especialmente.

El primero de ellos es El Libro de las Casas Encantadas (Norma Editorial, 2005). En este volumen se dan cita autores como Neil Gaiman, Steve Niles o Mike Mignola, entre otros, y recoge un total de nueve historias interesantes (unas plasmadas en viñetas, otras narradas como relatos cortos) relacionadas con casas encantadas y fantasmas. Una propuesta gráfica que reúne un abanico de estilos distintos, con el único objetivo de erizar la piel del lector a base de gritos, ventanas que crujen, apariciones nocturnas y por supuesto casas encantadas, a lo largo de sus 92 páginas.

El segundo cómic es 15 Historietas de Casas Encantadas (Diábolo Ediciones, 2015). Aquí nos encontramos con quince historias narradas en 128 páginas, todas de autores españoles, aquí completamente en formato de viñetas (genial la mezcla de blanco y negro y color). Con una excelente portada que recuerda a clásicos como House On Haunted Hill o The Haunted, en su interior el lector puede disfrutar de una amplia variedad argumental dentro del género, como personajes de ficción que saltan al mundo real, esfinges malditas, niños en solitarios edificios, etc… Ideal para amenizar una noche en la que estás solo en tu casa sin nada que ver en la televisión.

Los videojuegos y las Casas Encantadas

En el terreno del ocio informático o de consolas, las casas encantadas también tienen su reflejo. ¿Quién no ha jugado alguna vez a Resident Evil, Silent Hill, Clock Tower o Creepy Watson? Seguro que a al menos uno de ellos sí. Pero creo que los más destacables, los que sumergen al jugador en una terrorífica ambientación ubicada en una solitaria mansión, son los siguientes:

Amnesia: Se trata de un juego de supervivencia en primera persona lanzado en 2010 para Windows, Mac OS X y Linux. Catalogado por expertos de la industria como uno de los mejores juegos de terror jamás creados, fue en su momento todo un éxito tanto de crítica como de ventas. En Amnesia el jugador controla al personaje de Daniel, que despierta en un oscuro castillo sin apenas recordar nada sobre su identidad o sobre su pasado. Todo lo que puede recordar es su nombre y que algo maligno está persiguiéndole…

Project Zero: Espectacular saga cuyo primer episodio apareció en 2001 para PlayStation 2 y un año después para Xbox. Ambientado en Japón, el jugador controla el personaje de Miku Hinasaki, una chica que se halla en el interior de una casa encantada y cuya única arma es una cámara de fotos. Precisamente ahí radica la originalidad del juego, puesto que para derrotar a los malos hay que fotografiarlos, de manera que sus espíritus quedan encerrados en la cámara. Una buena historia, un excelente uso de la cámara, geniales efectos sonoros ambientales, un acabado gráfico donde se nota el esfuerzo y una genial ambientación son los puntos fuertes de esta saga.

Alone In The Dark: La saga apareció en el mercado en 1992 para PC y fue la inspiración que llevó a la creación posterior del conocido Resident Evil. El argumento, claramente inspirado en los relatos de Lovecraft, gira en torno al investigador Edward Carnby o a la joven Emily Hartwood en Luisiana, en 1925. El personaje principal queda atrapado en una mansión y para salir de ella deberá vencer al mal que reside en su interior mediante una serie de puzzles y acertijos, enfrentándose por el camino a hordas de zombis, monstruos y animales que tratarán de evitar que se descubra el secreto que oculta la mansión. Este juego fue el primero en contar con personajes completamente diseñados en 3D moviéndose por fondos estáticos en pantalla, además de poseer los mejores gráficos de la época.

Bibliografía a destacar:

El Gran Libro de las Casas Encantadas (Clara Tahoces, 2015)

Con una maquetación muy cuidada y una atractiva ilustración en la portada, este libro editado por Ediciones Luciérnaga aborda la perspectiva de las casas encantadas desde el punto de vista de un ensayo científico basado en la investigación y las entrevistas. Se nota que es colaboradora habitual del conocido programa Cuarto Milenio, y creo que gustará mucho a los numerosos fans de la famosa Nave del Misterio de Iker Jiménez (entre los que, como habréis adivinado, un servidor se halla).

¿Qué es lo que puede encontrar el lector de estas 250 páginas? Pues un viaje al mundo de las casas encantadas y los poltergeists (fenómenos que la autora distingue nada más comenzar el libro) a través de diferentes casos que en su mayoría transcurren en suelo patrio (pues si, en España tenemos nuestros Amytiville, Expediente Warren y demás, tan extraños como misteriosos). Con nombres tan sugerentes como La Casa de las Siete Chimeneas, El Hotel de los Suicidas, o La Casa del Terror, el archivo de casos (un total de treinta) es donde se encuentra el meollo del asunto, plasmando las vivencias personales y experiencias de la autora con el misterio de las casas encantadas.

Pese a no ser una novela, sino una obra de carácter divulgativo, a mí me gustó mucho y lo recomiendo a todo aquel que busque acercarse al misterio desde un punto de vista “realista”.

Conclusiones

Muchas cosas me dejo en el tintero, pues hay tantas y tantas obras de todo tipo relativas a casas encantadas que citarlas todas es imposible. De las películas y libros que me han decepcionado mucho no voy a hablar (como la infumable El Sótano del Miedo, de Wes Craven). Películas como Evil Dead, La Cabaña en el Bosque o El Exorcista no han sido incluidas por pertenecer más a otro tipo de género más definido; films españoles como La Hermandad, El Orfanato o La Herencia Valdemar tienen guiones demasiado parecidos a obras aquí citadas; la saga Paranormal Activity no me gusta demasiado por ser del estilo cámara al hombro (estilo del que reniego profundamente); la saga japonesa The Grudge (La Maldición) es bastante buena, pero tiene que ver más con fantasmas que con una auténtica casa encantada; El Espinazo del Diablo (Guillermo Del Toro, 2001) es aceptable, pero no resulta demasiado original; Rose Red (2002) está basada en una historia de Stephen King, y no es mejor que El Resplandor; y películas más actuales como Insidious (2010), La Maldición de Rookford (2011), Detrás de las Paredes (2011), Sinister (2012), o Mamá (2013), son films correctos de terror a los que les falta un poco o bien de originalidad o bien de chispa, y su estilo ya está representado en alguna de las películas comentadas.

La intención de este artículo es la de homenajear este subgénero específico del terror, donde las tramas giran en torno a una casa, mansión, hotel, edificio, e incluso simple habitación, encantada o maldita. Puede que la historia tenga truco, y que no existan elementos sobrenaturales más allá del propio miedo del personaje protagonista. Puede que la casa esté embrujada por el propio Satán, y haya que llamar a un sacerdote o médium para limpiarla. Pero independientemente de ello, la casa encantada siempre continuará llamando nuestra atención, porque en el fondo el ser humano tiene sus propios miedos, reflejados en los rincones más oscuros del nuevo hogar.

Así que si vais a cambiar de casa, a empezar una nueva vida en algún lugar lejano, fijaos bien donde lo vais a hacer. Puede que vuestra nueva ubicación esté construida sobre un antiguo cementerio, o puede que hace mucho tiempo alguien muriese allí en extrañas circunstancias. Quizás en el sótano, ese oscuro y siniestro lugar al que todavía no habéis bajado, con sus largas y crujientes escaleras, exista una puerta a otra dimensión que es mejor dejar cerrada. Y si experimentáis pesadillas, os despertáis siempre a la misma hora todas las noches, sintiendo una fantasmal caricia en el rostro, o bien los objetos de la casa cambian de lugar sin que los hayáis tocado, entonces podéis elegir entre dos alternativas. O bien os largáis de allí corriendo a toda pastilla gritando sálvese quien pueda, como las familias de Poltergeist o Amytiville, o bien podéis llamar… ¡a los Cazafantasmas!

Que durmáis bien, queridos lectores.

Casas Encantadas, Casas Embrujadas, Haunted Houses

Sobre el Autor

Vicente Ruiz Calpe

Vicente Ruiz Calpe

«Bienvenido a mi morada. Entre libremente, por su propia voluntad, y deje parte de la felicidad que trae». Drácula Biografía: Vicente Ruiz Calpe, alias Eihir. Amante de la literatura, cine, cómics, bandas sonoras y todo lo que se tercie, apasionado del mundo pulp y escritor aficionado. Colabor...

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Vicente Ruiz Calpe posted a comment in Noche Infernal
Muchas gracias por compartir el relato, espero que os guste. Feliz Halloween a todos! 🎃
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