EI4

No estás para muchas carreras, pero la vida te va en ello, y esprintas con todas tus fuerzas. Trastabillas, pues tus piernas aún no están en las mejores condiciones, caes al suelo, te levantas, miras atrás, y no ves nada. Tan solo escuchas; escuchas un terrible sonido de alarma. Gritos, silbatos, sirenas…; pronto, en cuestión de segundos, todo el horror que permanece oculto, se desvelará, pero ahora, a ti apenas te separan unos cuantos pasos del escondite perfecto, la jungla.

Estás a salvo, pero sigues sin comprender nada. A tu alrededor una descomunal floresta que te intriga, y en la playa, una algarabía que no alcanzas a comprender. Piensas en internarte más aún, pero no es momento para expediciones. Ni siquiera tienes un machete, y las enredaderas de arbustos, lianas y todo tipo de plantas tropicales parecen una barrera infranqueable. Decides volver sobre tus pasos, quizás, bien oculto, puedas escuchar alguna conversación, y así enterarte de algo.

Echas cuerpo a tierra y, en la medida de lo posible, tratas de arrastrarte. Reptas sigilosamente, recordando tiempos pasados, tiempos en los que, en vez de probetas, manejabas armas de fuego, como la que ahora llevas contigo. Ronin capta la idea a la primera, ni siquiera tienes que ordenárselo. Él también repta tras de ti, y entonces, parapetados ambos tras un árbol gigante, estiras el cuello y observas la playa; Ronin te imita por el otro lado. Cuentas diez soldados alemanes inspeccionándolo todo. Están muy nerviosos, maldicen por sus compañeros abatidos, y entre algunas cosas que logras entenderles, la que captas de forma más nítida es aquella en la que juran abrirte en canal y arrancarte las tripas. Tragas saliva, y piensas. Entonces te das cuenta que si tú estabas sentenciado a una muerte atroz, tus compañeros seguro que también están presos, en el mejor de los casos. Todavía no sabes ni dónde te encuentras, ni que hacen los nazis en esa misteriosa isla cuyos extraños ruidos no dejan de picotearte la nuca; tampoco te explicas el porqué del abordaje, pero necesitas respuestas lo antes posible. El subfusil MP40 es una buena arma, y de una sola ráfaga podrías liquidar al menos a la mitad de los soldados, pero sería muy arriesgado, y no sabes cuántos más habrá en las proximidades.

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