Léase antes de usar. Un repaso a los antecedentes pulp del steampunk
Aquí tenemos otro de los artículos de Jess Nevins: Where did steampunk come from?, experto como todos sabéis de la cosa pulp. En las líneas que siguen le pega un repaso a los antecedentes del steampunk, y cómo éste subgénero literario se gestó durante el apogeo de la Era Dorada Pulp. A efectos didácticos el autor identifica trece pulps, que él considera como icónicos para las bases del movimiento. Dentro de la amplísima gama de subgéneros retrofuturistas estilo “loquesea” más el sufijo punk (contracultura), el steampunk es de los más conocidos, asociado al vapor, la era victoriana, y las ucronias. No voy a entrar ahora en explicaciones semánticas, ni teorías al uso, para eso tenéis los enlaces a la Wikipedia que la verdad, están bastante bien. Simplemente paso a traduciros el artículo, aportando como siempre mi propio punto de vista y alguna que otra información que considere necesaria.
Como bien reconoce el autor, acotar una definición más o menos consensuada de steampunk puede resultar mucho más complejo de lo que a priori pudiese parecer, puesto que cada uno de nosotros podría mostrar una perspectiva diferente, y todas ser perfectamente válidas. A día de hoy serían dos las tendencias más enfrentadas, por un lado la de corte clásico, londinense, situada en el siglo XIX, y más bien propia de la ciencia ficción especulativa, alternativa; y por otro, la de libre interpretación, firmada por el autor Lewis Carrollian. Sin embargo, y a pesar de las diferentes interpretaciones, todo el movimiento es común a una iconografía y unos principios de uso e imagen que permiten establecer un análisis diferencial difícilmente equívoco. Y en cuanto a ejemplos de uso durante los años de la literatura pulp, sin que el concepto hubiese sido acuñado tal y como ahora lo conocemos, Jess Nevins identifica los que siguen:
1) Año 1902: La revista pulp Argosy, propiedad del editor Frank Munsey, tiene el honor de ser considerada como la primera revista pulp de la historia, y además, una de las más lóngevas, publicándose entre los años 1882 y 1978. Esta revista pulp, adscrita al género de aventuras, albergó una publicación seriada del autor Park Winthrop, titulada “The Land of the Central Sun”. Un relato acerca de dos parejas de americanos que disfrutaban de un crucero de placer a lo largo de la costa de Sudamérica, perdiendo la ruta a causa de un fuerte vendal que termina enviándolos a la Antártida. Allí, atrapados, y prácticamente en las últimas, son rescatados por el Baron Montavo, a bordo de un zeppelín, el Meteor. Este zeppelín, de avanzada tecnología, estaba pilotado por una tripulación de enanos con poderes telepáticos y telequinesis. EL Baron Montavo lleva a la pareja al centro de la Antártida, donde se oculta un túnel. Al otro extremo de éste, se abre un mundo nuevo, una civilización en el centro de la tierra con todo tipo de rarezas imaginables. Este relato es doblemente interesante, por un lado introduce, o más bien desarrolla, el concepto de Tierra Hueca como base para una ficción especulativa; y por otro, describe la civilización utilizando una serie de elementos tecnológicos que podrían considerarse como pioneros dentro de la tradición del SteamPunk.
2) Año 1904. En este año, poco antes de morir, Julio Verne publicó la segunda parte de su novela Robur el Conquistador (1886), titulándose Dueño del Mundo (1904). Una novela curiosa por la evolución del personaje, que en la primera parte es un caballero optimista ilusionado con la aviación y sus beneficiosas aplicaciones, y en la segunda, un hombre oscuro que propaga el terror a los mandos de su nave The Terror (precursora de los helicópteros). Robur, al igual que el Capitán Nemo, representan de forma fidedigna los principios victorianos del steampunk. Y esto es así, ya que a partir de los personajes mencionados pronto surgieron todo tipo de imitaciones. En el año 1909, por ejemplo, el escritor alemán de ciencia ficción Robert Kraft publicó el pulp Der Herr def Lüfte #1-9, acerca de un aviador germano estilo Robur, quien trata de velar por la paz mundial a bordo de su avanzado zeppelín, pero sin éxito. En 1910 el escritor francés Georges Clavigny escribió el pulp L'Aéronef-Pirate #1-30, sobre un pirata del aire, otra imitación de Robur, que se dedica a hacer la guerra por su cuenta contra países extranjeros. Y, en 1913, el periódico ruso Kopeika (San Petersburgo), publica el serial dedicado al bandido Anton Krecht, quien contacta con un ermitaño siberiano capaz de construir una nave voladora a vapor. Otra imitación más de la figura de Rubor.
3) Año 1904. Julio Verne es como todos sabemos uno de los máximos exponentes de la ficción y la ciencia aplicada, y en su novela, La Isla Misteriosa, publicada en el año 1874, fue la segunda en la que se mostró al mundo el personaje de El Capitán Nemo, marcando un hito histórico. A partir de entonces comenzaron a repetirse las imitaciones, al igual que sucedió con otro de sus personajes antes comentados, el intrépido Robur, sin embargo, éste otro ha sido infinitamente más popular. Todas las réplicas que siguieron al Capitán Nemo, adaptaron de igual forma su lado más tecnológico y “steam”, tergiversando eso sí, las motivaciones propias al personaje. Es decir, mucho “steam”, y poco “punk” (contracultura). La norma en la mayoría de imitaciones era poner al personaje al servicio de su patria, o de ideales mucho menos nobles y profundos que los originales. Un ejemplo típico son las historias del escritor inglés Edgar J. Murray, cuyo personaje, Lord Ferrers, protagonizó numerosos títulos entre los años 1895 y 1935. Ferrers Lord disponía de tres submarinos voladores tipo Nautilus para combatir el crimen y luchar contra los enemigos de Gran Bretaña, especialmente los rusos. Fue tal su popularidad, que pronto le salieron imitadores, característica eminentemente pulp, como sería el caso del personaje anónimo el Capitán Strange, publicadas en la revista The Boys' Herald entre 1903 y 1904. Strange es un aventurero y cuando Francia declara la guerra a Gran Bretaña (ficción especulativa), Strange embarca en su yate de alta tecnología, el cual ha dotado de una enorme garra mecánica alimentada por una máquina de vapor. Cuando los submarinos franceses irrumpen en las aguas británicas, Strange utiliza esta garra para capturarlos, y así neutralizar la amenaza. Sin embargo, los franceses recaban los servicios del inventor y aviador M. Santon-Dumas (personaje basado en el piloto franco-brasileño Alberto Santos Dumont (1873-1932), quien pondrá al servicio del gobierno francés una máquina voladora. El enfrentamiento de máquinas es inevitable, y en el momento en que la nave voladora queda al alcance de la garra de Strange, termina destruida, y los ingleses ganan la guerra.
4) Año 1904. Bajo el seudónimo "Huangjiang Diaosou”, tenemos la obra seriada de un escritor chino cuyo título es "Yueqiu Zhimindi Xiaoshuo" (Lunar Colony). Esta obra fue publicada en la revista Xiuxiang Xiaoshuo, siendo una de las obras más populares de dentro la ciencia ficción china moderna. En esta obra, el erudito Long Menghua de la provincia China de Hunan, es obligado a huir del país tras haber asesinado a un miembro del gobierno que extorsionaba a su familia. En la huida tiene la mala fortuna de cruzarse con un buque de línea británico, contra el que chocan. Tras el naufragio la esposa de Long desaparece, mientras éste es rescatado por un japonés inventor a bordo de un dirigible, llamado Otaro Tama. A partir de ese momento ambos formarán un equipo de rescate para encontrar a la mujer de Long, cuya búsqueda les llevará por toda Asia, introduciendo diferentes personajes en la aventura. Entre estos personajes destaca una banda de artistas de artes marciales, comprometidos con la causa de derrocar la dinastía de Qing, y que acompañarán a Long y Otaro, ayudándolos en sus propósitos. Finalmente, tras encontrar a la mujer de Long, y rescatarla de los bandidos que la tenían cuativa, todo el grupo, harto de la corrupción política que impera a sus anchas, decide viajar en el dirigible de Otaro a La Luna, donde establecerán una utopia alternativa.
5) Año 1906. Las maquinas voladoras son uno de los tópicos pulp más recurrentes en las historias de jóvenes aventureros, propias de principios del siglo XX. En series tan populares como “Tom Swift” tan solo eran elementos ocasionales, sin embargo en otras como “Rocket Riders” de Howard Garis, una constante imprescindible. Sin embargo, no hay mejor ejemplo de esto que los nueve libros de la serie “Great Marvel Series”, de Howard Garis. Una serie excepcional publicada entre los años 1906 y 1935, donde el inventor Amos Henderson crea todo tipo de vehículos para la exploración: cohetes, dirigibles, submarinos, etc. A lo largo de los diferentes capítulos de la serie, el inventor Henderson junto con su hijo adoptivo Mark Sampson, y Jack Darrow, se verán las caras con enemigos tales como monstruos marinos, plantas carnívoras, o terribles alienígenas.
6) Año 1908. El novelista francés Louis Boussenard, también conocido como "French H. Rider Haggard", fue el autor de una serie de aventuras tituladas "Les Gratteurs de Ciel" (The Sky Scrapers) publicadas en la revista Journal des Voyages – Aventures de Terre et de Mer. Dicha obra, "The Sky Scrapers", relataba los acontecimientos protagonizados por el joven periodista Dicky, conocido como “El Rey de los reporteros”, cuando descubre que los extranjeros (no franceses), están construyendo flotas de zeppelines de guerra. Dicky se mueve como pez en el agua entre espías, y logra que los franceses adopten la tecnología necesaria para crear su propia flota de zeppelines, en este caso atómicos. La guerra tiene lugar sobre el cielo de parís, donde Dicky sumará esfuerzos introduciendo granadas nucleares.
7) Año 1909. El autor Harry L. Sayler escribió uan serie de ocho títulos, “Airship Boys Series”, entre los años 1909 y 1915. Este pulp no fue de los primeros en los rankings de ventas, pero si uno de los más populares dentro del género. Trataba sobre dos chicos de Chicago, sus nombres Ned Napier y Alan Hope. Ambos eran unos entusiastas de la aeronáutica, y en cada número desarrollaban singulares aeronaves de alta tecnología (high tech aircraft). Las aventuras que solían relatarse versaban sobre la búsqueda de tesoros y civilizaciones perdidas, aunque también era habitual el recurso pulp denominado crossover ficcional (introducir personajes de otras series distintas). Los ingenios que fabricaban solían mejorar con cada número. Al final el dirigible termina convirtiéndose en un avión capaz de alcanzar las 800mph.
8) Año 1926. De esta época es un curioso pulp escrito por el autor francés (y más tarde colaborador nazi) Frederic Causse, aunque firmado bajo el seudónimo “Jean d’Agraives”. Este pulp se titulaba L'Aviateur de Bonaparte (Bonaparte's Airman) #1-22, donde se relataban las peripecias de un excepcional inventor bretón del siglo XVIII, de nombre Chevalier de Trélern, que inspirado por la causa napoleónica construye una máquina voladora, la “Vélivole”, que un principio no es más que un planeador, pero que al final termina convirtiéndose en todo un dirigible propulsado por avanzada tecnología de vapor. Gracias al Vélivole, Napoleon conquista la mayor parte de Europa, lo que levanta las suspicacias de un famoso espía austríaco, “Sept de Prique”, quien decide perseguirlo. Sin embargo, un policía francés, Jourdain, frustra los planes de Prique, al advertir que el superior de éste es el Vicomte D’Erlande, un malvado genio que también había inspirado la Comte d’Antraigues, con el objeto de traicionar el Tratado de Tilsit, del gobierno británico.
9) Año 1928. Bajo el seudónimo «Don Crosby», el escritor pulp J. Allan Dunn escribió una serie de seis números publicados en el pulp Air Trails, sobre la historia ficticia de un intrépido piloto e inventor llamado Ace Ainsworth. Este personaje dispone de un laboratorio a las afueras de Cosmopolis, donde construye dos máquinas voladoras que nombra como Falcon. Una de ellas es similar a un helicóptero, y la otra algo así como un zeppelín. Estas aeronaves son propulsadas por misteriosas fuerzas electromagnéticas, así como armadas con artillería ligera pero muy efectiva. Entre la indumentaria de Ainsworth, éste cuenta con una pistola eléctrica y unas gafas especiales que le permiten ver aviones invisibles. Gracias a la avanzada tecnología de la que hace uso, a lo largo de las diferentes aventuras se enfrentará a poderosos y estrafalarios enemigos, como piratas del aire, o embarcarse en búsquedas de tesoros pertenecientes a civilizaciones perdidas.
10) Año 1931. David H. Keller fue un psiquiatra Americano dedicado a escribir pulps de terror y ciencia ficción. Concretamente se le reconoce por ser el primero de su profesión en hacerlo, y tanto por su formación académica, como por su formación militar, como miembro del cuerpo médico del Ejército de los Estados Unidos, le confieren un valioso punto de vista a la hora de escribir pulps, destacando sobre muchos de sus compañeros por la profundidad de sus historias. Solía utilizar una amplia variedad de seudónimos, y entre otros es el autor de relatos tan conocidos como “The Thing In The Cellar”. También escribió diferentes series, entre las que cabe destacar a personajes como Cecil de Cornwall (Tales de Cornwall, una saga de espada y brujería), y Taine (un detective de San Francisco). Uno de los enemigos de Taine es el malvado cirujano Wing Loo, un personaje arquetipo de lo que conocemos como yellow peril. En el relato "The Steam Shovel” (Amazing Stories, Sept. 1931) Wing, tras huir de Birmania se alía con un rajah local, quien tiene dificultades con sus esclavos, ya que no le obedecen y sufre la amenaza de una revuelta. Wing le propone crear esclavos mecánicos como sustitutos, y para ello construye una pala a vapor (algo así como una excavadora), a la que implanta el cerebro de un elefante. Sin embargo, el experimento fracasa, y el ingenio mata al rajah, huyendo después al bosque.
11) Año 1931. Francis Van Wyck Mason fue uno de los escritore pulp más reconocidos dentro del género detectivesco y de misterio. Uno de sus personajes más populares, considerado como el precursor de James Bond, fue el Coronel Hugh North, quien apareció en 26 novelas entre los años 1930 y 1968. Sin embargo, este autor también hizo algunas incursiones menos conocidas en el terreno de la ciencia ficción, escribiendo algunos relatos de interés. Así, en 1931 escribió una historia para la revista pulp Astounding Stories titulada “Phalanxes of Atlans”, que se publicó en dos números, acerca de dos exploradores americanos que realizan un aterrizaje forzoso en el Ártico. Tras esto, uno de ellos desaparece, y el otro, mientras lo busca, descubre una civilización oculta que vive al amparo de la energía producida por el calor de un volcán. En esta tierra oculta habitan dos razas enfrentadas, una, los descendientes de Altanteans, rubios y pelirrojos; y los otros, los Jarmuthians, descendientes de las Tribus Perdidas de Israel, caracterizados como antisemitas. Ambos pueblos están en guerra, y ambos utilizan la energía del volcán para crear todo tipo de ingenios a vapor: steam tube-cars (coches a vapor capaces de alcanzar 300mph), steam airships (naves a vapor), y pistolas de vapor comprimido. Asimismo, en esta tierra perdida existen todo tipo de criaturas como los dinosuarios, los cuales utilizan tanto como bestias de carga como de guerra. Finalmente, ambos exploradores, junto con la princesa de Atlantean (enamorada de uno de ellos), escapan a lomos de la mascota de su mascota, un pterodáctilo. Probablemente éste sea uno de los universos steampunk más logrados de la era dorada pulp.
12) Año 1933. Llegó el turno de España, y con él nuestro granito de arena al steampunk en versión pulp. Los Pulps en España. Como no, el nombre asociado es José Canellas Casals, responsable de una buena cantidad de historietas pulp; y concretamente una de ellas: Mack Wan, el Invencible, creada en colaboración con el ilustrador Marc Farell, es a criterio del autor del presente artículo, la más importante, en lo que al steampunk se refiere. La historia de Wan rebosa imaginación. Este pulp nos cuenta la historia de su vida, y como el personaje, siendo un niño, es encerrado en un psiquiátrico después de que sus padres fuesen asesinados. Una vez alcanzada la edad adulta, logra fugarse, y se convierte en una especie de vigilante justiciero enmascarado que tratará de vengar la muerte de sus padres. Este personaje guarda fuertes similitudes con Edmond Dantes (Alejandro Dumas), así como con otras obras (Victor Hugo's L'Homme Qui Rit), influencias atribuibles a su compañero de batallas, un muchacho con la cara mutilada por uno contrabandistas, llamado Jim, y que fue vendido al circo. Ambos, Wan y Jim, sufrieron una terrible infancia, pero ahora, tienen el poder de la tecnología de su lado. En cada uno de los números que componen la serie, los autores de este pulp introducen un buen surtido de historias típicas, así como objetos y elementos característicos del steampunk.
13) Año 1943. Llegamos al Fin de la Era Dorada Pulp, donde como es lógico, el steampunk como tal no existía. Repasamos por tanto sus precedentes pulp, y para cerrar la lista tenemos a Jack MaCarter, seudónimo del escritor danés Robert Watt, autor de la serie Ku-Klux-Klan Klubben #1-11. Robert Watt fue un prolífico escritor danés, quien a pesar de la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial no dejó de escribir pulps. La historia en cuestión relata la aventura de un policía en un estado de America del Sur, que no se nombra en ningún momento, y que descubre una fatal conexión del Ku Kux Klan con la secta Tong de China, recurriendo así el autor una vez más al tópico del yellow peril. En esta historia todos los enemigos del personaje son, y no por casualidad, enemigos de los alemanes, y es ése precisamente el motivo por el cual podían ser publicados en un país como Dinamarca. Recordemos que la condición impuesta por el partido nazi para publicar pulps era que estos fuesen proclives a la ideología del partido. Pulps, nazis, y ciencia ficción. En el número seis de la serie, titulado “The Stolen Airship”, la organización terrorista KKK roba un dirigible a los alemanes, utilizándolo para aterrorizar a los inmigrantes alemanes que viven pacíficamente en américa, obligando a intervenir al protagonista, quien se verá envuelto en tiroteos y refriegas a bordo del dirigible.
Valoración Personal: Como dice el coronel Kilgore, me gusta el olor del napalm por la mañana (Apocalypse Now). Lo siento, pero me gusta más el dieselpunk, que el steampunk, a pesar de estar a favor de las energías renovables. De hecho son movimientos culturales, literarios bastante diferentes, y desde luego el dieselpunk está más íntimamente ligado al pulp que el steampunk. De todas formas, ni el uno ni el otro existían como tales, de hecho son conceptos muy nuevos, todos ellos arraigados en los pulps clásicos como hemos podido comprobar, y en muchos de estos casos ni siquera está del todo claro, de cuál en concreto estamos hablando. Supongo que si uno se pone a buscar ejemplos de uso del vapor como fuente de alimentación de ingenios increíbles, junto con toda suerte de ucronias, se podrían citar no cientos, sino miles de ejemplos; pues otra cosa no, pero pulps entre los años 1900 y 1945, los hubo como para ponerlos uno tras otro de aquí a la luna…, y volver. Bueno, quizás no tantos, pero sí que hubo muchos, así que desconozco cuál es el criterio que utilizó Jess Nevins para destacar estos y no otros, pero tampoco me atrevo a decir nada, que yo de esto todavía estoy aprendiendo.
Fuente: Jess Nevins: Where did steampunk come from?