El espacio de tiempo comprendido entre la primera y la segunda guerra mundial es lo suficientemente corto para que surja la duda de si tal distinción no debería existir, y dicho periodo no fuese más que una pausa para reordenar fuerzas y objetivos. Es por ello que, de una forma o de otra, el drama de la guerra a lo largo y ancho del viejo continente constituye una realidad directa, y en primera persona, que desde luego ha condicionado tanto a la sociedad, como a su cultura, y por ende a sus escritores, de forma muy distinta al desarrollo que por aquel entonces se pudiese experimentar en la sociedad americana, testigos en la distancia. Un periodo que duró treinta años y puso el mundo patas arriba.
El artículo que sigue es la segunda parte de este otro Revistas Pulp Europeas. Parte I - La Literatura Pulp europea antes de 1914, y de igual forma, se trata de una traducción propia y revisada, añadiendo comentarios e información precisa, sobre el trabajo de investigación original del autor Jess Nevins para la web io9.com Planetary romance, zombie mentors, and the rise of fascism: European pulp fiction 1914-1945.
Tanto en la tradición oral de los distintos pueblos, como en sus grabados, murales, e inquietantes obras arquitectónicas, existe una constante; una constante abierta a todo tipo de interpretaciones, y ésta no es otra que el contacto de los seres humanos con seres extraterrestres. La historia está plagada de relatos, y los hay de todo tipo y condición. Para buscar los más antiguos podríamos hacer uso de la misma biblia, e intentar comprender lo que nos cuenta mediante el vocabulario y los conocimientos que poseían aquellas personas quienes tendrían severas dificultades para describir, por ejemplo, una nave espacial, o un simple astronauta.
Para hablar en términos modernos, como es el caso de Síndrome de Abducción, no podemos ir más allá de los años cincuenta, momento en el que se produjo el primer caso conocido. Aquél hombre se llamaba Antonio Villas Boas, un granjero brasileño de 23 años, quien el 16 de octubre de 1957, mientras conducía su tractor por el campo, fue secuestrado por un humanoide de cinco pies de altura, llevándolo a una nave espacial durante cuatro largas e interminables horas, donde al parecer fue sometido a todo tipo de pruebas, e incluso obligado a mantener relaciones íntimas con una atractiva mujer.
El caso de Antonio Villas es el primero de abducción documentada, aunque el más famoso, o el que más ha trascendido a la opinión pública dentro de la ufología moderna, sería el caso de Betty y Barney Hill, un matrimonio que viajaba en coche por una carretera de New Hampshire el 20 de septiembre de 1961.
Sin embargo, las abducciones no son cosa de ahora, y éstas llevan produciéndose desde la antigüedad. Como hemos dicho al principio de este artículo existen innumerables pruebas y registros, aunque todos tremendamente confusos y de difícil interpretación. Entonces… ¿cuál es el primer caso de abducción perfectamente documentado? ¿Es el de Antonio Villas?
No, parece ser que no.
A lo largo de diferentes artículos hemos hablado de los aspectos más relevantes y característicos de la literatura pulp; una literatura que tuvo su razón de ser en los pulps americanos propiamente dichos. Sin embargo, de forma análoga también podemos encontrar esas mismas revistas pulp en Europa, y no, nos estamos refiriendo a versiones traducidas de las americanas, como fueron en su momento las publicaciones de la Editorial Molino —antes de que la editorial tuviese que trasladarse a Argentina—, por poner un ejemplo, sino a todas esas revistas que surgieron en los países europeos, puesto que los ingredientes de estas historias, bien se podría decir que son universales.
El artículo que ahora tienes en pantalla responde a un trabajo de investigación publicado en la web especializada io9.com, por el autor Jess Nevins, buen conocedor de la cosa pulp; artículo que hemos creído conveniente traducir, y, además, presentarlo en base a nuestras propias aportaciones, comentarios, y, como no, perspectiva.
De esta forma, hemos dividido el artículo en tres partes, que iremos publicando en los próximos días (o semanas), según sea posible. Dicho esto, el artículo quedaría dividido en: Parte I, El Pulp en Europa antes de 1914; Parte II, El Pulp en Europa, periodo de entreguerras (1914-1945); Parte III, El Pulp en Europa, situación actual, concretamente en España. Ahora os dejamos con la primera parte.
Uno de nuestros amigos, Eihir nos ha enviado este interesante artículo, en el que, desde su punto de vista, nos comenta algunas referencias en torno a las que considera las diez armas más populares. Y, a raíz del mismo, tras su lectura, sale a relucir otra cuestión de fondo que daría para otro artículo, y sobre la cual no estarían demás las aportaciones que nos pudieseis dejar, ya que el tema al que me refiero tiene su miga. Dicha reflexión gira entorno, no tanto sobre las armas en sí mismo, sino sobre la predilección o la relevancia que se les da a unas u otras en función del escritor que hace uso de ellas, y esto es sin duda alguna un elemento distintivo para el análisis de su personalidad. La pregunta sería… ¿Qué relación existe entre la personalidad de un escritor pulp y las armas que utilizan sus personajes? Veamos dos ejemplos contrapuestos, así, a bote pronto. Por un lado tendríamos a Lovecraft, en cuyas historias las armas son un elemento secundario, y de escasa utilidad. Tan solo encontraremos armas sencillas, tales como pistolas o revólveres en manos de personas normales, como por ejemplo «Horror en el Museo», donde el vigilante hace uso de su arma, y, a lo sumo, encontraremos menciones a rifles o soldados, en relatos como «El caso de Charles Dexter Ward», pero sin relevancia alguna. Lovecraft no era un escritor de armas, ni de diálogos. Sin embargo, uno de sus amigos, “Bob, el chico de las dos pistolas”, tal y como se conocía a Robert E. Howard, era todo lo contrario. Sus personajes eran héroes fuertemente armados, y los tenía de todo tipo. Desde los que usaban armas de fuego como Solomon Kane, hasta los de hacha y espada, como Conan el Cimerio. Era tanto el gusto por las armas de Robert E. Howard, que puso fin a su vida suicidándose con un disparo de su colt calibre 38. Como decimos, a ver si nos echáis una mano con el estudio en lo que a la relación Armas vs Escritores, se refiere.
Ahora, os dejamos con el artículo de Eihir:
¿Cuál es la mejor arma para acabar con tu enemigo? ¿Con que herramienta se puede desempeñar magistralmente la difícil tarea de exterminar a una víctima? Cada trabajo conlleva la necesidad de utilizar un objeto apropiado para realizarlo con éxito, y este artículo intentará mostrar la estrecha relación que vincula a los personajes protagonistas de las historias pulp con sus correspondientes instrumentos más apreciados para conseguir llevar a cabo sus objetivos de venganza, justicia, odio y maldad sin igual. Así pues, os planteo una relación de las diez mejores armas pulp, que en ningún momento pretende ser única, completa e infalible, simplemente es una lista que seguramente os traerá a la mente momentos inolvidables que habréis leído en relatos o visto en películas.
Robopocalipsis: Últimamente mucho hablamos de apocalipsis, y lo hacemos desde todos los puntos de vista. Cualquiera diría que estamos obsesionados con el tema, pero es lo que está de moda hoy en día y resulta inevitable soslayarlo. Decir, a modo de anécdota que, justo ahora cuando escribo esta entrada, la prima de riesgo de nuestro país acaba de alcanzar el record histórico de los 538 puntos. La incertidumbre está servida, y es precisamente la incertidumbre la madre de la destrucción, o al menos una de ellas, que según parece tiene muchas; demasiadas. Y…, todos sabemos cómo suelen arreglarse este tipo de situaciones..., economía de guerra le llaman. En fin, éste sería otro debate; aunque debatir sobre el apocalípsis no sé yo si tendrá mucho sentido. Sin duda, algún día llegará, mientras tanto, conformémonos con las películas y las novelas, que entretienen lo suyo.
Eden Lake es una película como tantas otras dentro del género survival, sin nada nuevo que ofrecernos más allá de una realización impecable, una angustia continua, y un final que te deja un mal cuerpo como pocas. Encontrar referencias y similitudes con otras cintas: Deliverance, La última Casa a la Izquierda, Los Chicos del Maíz, y un largo etcétera, resulta inevitable. Solo que en esta ocasión los protagonistas de esta terrible historia vienen a ser una especie de «neds» (Non Educated Delinquents) que en un momento dado pierden por completo el control sobre sí mismos. Lo que nos ofrece el director es una situación de partida tan real como la vida misma. Por un lado tenemos una pareja de enamorados en pleno ejercicio de su felicidad, disfrutando de una acampada en el bosque. De otro, una pandilla de niños que representan perfectamente la maldad y la ruindad del ser humano en estado puro, aunque no afecta a todos por igual.
See trata pues, de una pandilla de niños problemáticos, pero incapaces por sí solos de cruzar la línea que separa a las gamberradas de los actos criminales. El único capaz de hacerlo es el cabecilla, un psicópata en toda regla que proyecta con mano de hierro su despotismo, empujando a los demás a que crucen la citada línea, siempre en el momento preciso; siempre cuando surge el más mínimo atisbo de duda. Todo lo que sigue después, en cuanto al detonante de los hechos, es bastante creíble. En un principio me recordó mucho a RED (2008) -no confundir con la película de Bruce Willis-, un título muy interesante que vi hará un par de semanas, y con una temática extremadamente parecida, aunque con un resultado completamente distinto. Cabe destacar que ambos son del mismo año.
Primero el adulto comete el error de intentar razonar con unos críos descerebrados y crecidos, poniéndose a su altura. Y estos responden con la violencia propia de un adulto, y eso es más horripilante todavía. ¿Quién puede matar a un niño? Preguntaría Ibañez Serrador. A partir de ahí, una vez que el enfrentamiento se produce, todo lo demás es un correcalles. La superioridad numérica de los niños, y sobre todo su depravación moral, desequilibran de inmediato la balanza a su favor. Lo que sigue es angustia, tensión, y supervivencia, que desencadenan un interesante duelo de pulsiones en el espectador. Una, el ardiente deseo de que los niños reciban su merecido, y a ser posible igual de cruel que el daño causado. Dos, la necesidad de un cambio en la conducta de los más débiles, lo suficientemente fuerte para que tener una esperanza.
No sorprende en absoluto el artificio de los guionistas en su empeño por equilibrar las fuerzas. Resulta obvio que, en un enfrentamiento de estas características, la única posible ventaja de un niño frente a un adulto, son tanto el factor sorpresa como la superioridad numérica. Me pregunto qué tipo de película hubiésemos visto si quien resultase herida de muerte fuese la chica en vez del chico. También cabe destacar el hecho de que esa chica, quien debe enfrentarse ella sola a todos los hechos que se van sucediendo de forma horripilante, sea, precisamente, una profesora. El efecto está servido, y vemos esa evolución en el personaje, donde la supervivencia se antepone a cualquier otro principio; una evolución similar a la que hemos podido ver en muchas otras historias, por ejemplo Perros de Paja, del director Sam Peckinpah.
Al final, todo concluye de una forma arriesgada, pero —y dejando a un lado la improbabilidad de un giro tan rocambolesco como el que nos ofrece James Watkins—, lo suficientemente desesperanzado como para sentirte mal una vez termina la cinta, y, en el caso de tener hijos de esa edad, preguntarte… ¿ellos serían capaces de hacer algo así…, si en su pandilla hubiese un líder como el que nos propone Watkins? Asimismo, también te preguntas… ¿cómo es posible que haya gente en el mundo, que la hay, tan depravada, y ya desde niño? La respuesta la tienes, una vez más, de la mano de su director, donde el final de la película muestra un claro culpable de todo lo sucedido: La educación. Ahora bien, el debate vuelve a ser el mismo de siempre, el típico debate roussoniano. ¿El niño malo lo es por naturaleza, o porque el ambiente en el que se desarrolla lo hace así?
Llegados a este punto entraríamos en la disquisición acerca de la propia naturaleza humana. Entonces podríamos atender a dos de las posiciones más conocidas, la de Rousseau y su famosa frase “El niño es bueno por naturaleza, solo se corrompe en la sociedad”, y la de Thomas Hobbes, con su frase estrella “El hombre es un lobo para el hombre”. Dos pensamientos contrapuestos, donde para uno la sociedad es la responsable de la condición humana, y para el otro, la sociedad es el instrumento mediante el cual controlar el egoísmo inherente a esa condición. Como es lógico cada uno de nosotros tendrá su propia percepción. La mía es que Hobbes tenía mucha más razón que Rosseau, a quien en cierto modo consideraría un iluso. Esto nos llevaría a otra discusión, que si genetistas, que si ambientalistas, y que si posiciones más o menos eclécticas.
Yo soy de los que creo que sí hay mucha gente que disfruta haciendo daño, y eso se lleva dentro, no se aprende. Lo único que se puede aprender son diferentes y mejores formas de hacer daño. Pero no se aprende hacer daño. Creo que esto además me ha quedado claro después de ver dos películas de este tipo en las últimas semanas, una ésta, y la otra RED, que ya cité unas líneas más arriba. Si tengo que posicionarme, lo haría del lado de Hobbes, lo tengo claro.
Me queda la duda de si el director trató de hacer una buena película con la que transmitir la mayor tensión posible al espectador, o si por el contrario, lo que pretendía era enviarnos un mensaje en formato survival.
¿Y tú, que opinas?
Ficha Técnica: TÍTULO ORIGINAL: Eden Lake. AÑO : 2008. DURACIÓN: 91 min. PAÍS: Reino Unido. DIRECTOR: James Watkins. GUIÓN: James Watkins. MÚSICA: David Julyan. FOTOGRAFÍA: Christopher Ross. REPARTO: Kelly Reilly, Michael Fassbender, Thomas Turgoose, Bronson Webb, Shaun Dooley, Jack O'Connell, Finn Atkins, Eliza Elkington. PRODUCTORA: Rollercoaster Films. WEB OFICIAL :www.edenlakemovie.co.uk. PREMIOS : 2008: Festival de Sitges: Premio especial del jurado. GÉNERO: Terror
SINOPSIS: Una pareja, Steve y Jenny, se escapa de fin de semana romántico. Sin embargo, su tranquilidad se verá interrumpida cuando una banda de chicos jóvenes aparezca por el lugar. Estos, como acto de rebeldía, robarán las cosas a la pareja y destrozarán su coche. Steve les hará frente pero sufrirá un violento ataque. A partir de ese momento, Jenny tratará de escapar a través del bosque... (FILMAFFINITY)
Lo mejor: Angustiosa, reflexiva, y brutal.
Lo peor: El guión es demasiado, digamos…, rocambolesco.
Veredicto: Si buscas una película que además de entretener, te deje mal cuerpo, es posible que ésta lo consiga.
Otras películas de referencia: Funny Games; Perros de Paja, de Sam Peckinpah; Deliverance; La última Casa a la Izquierda; Los Chicos del Maíz; Red
Era noche de luna nueva en el Valle de las Sombras, situado en la frontera de las caóticas tierras de Doraland, cuando una figura vestida de negro y encapuchada se deslizó entre los macizos muros que protegían la Torre de la Muerte, sede de la Hermandad Oscura. La figura se movía en la oscuridad de la noche con el sigilo de la pantera y la rapidez de la cobra, demostrando tener también la capacidad visual nocturna del búho. El intruso solo fue visto justo en el momento en que lo deseó, que fue exactamente al acercarse a los guardias que custodiaban la entrada de una gran puerta metálica. Los guardias, al verse sorprendidos por aquella sombra, se prepararon para dar la alarma, pero aquel encapuchado pronunció la contraseña de los Hermanos, por lo que decidieron dejarle pasar. Una vez al otro lado de la puerta, el encapuchado subió unas estrechas escaleras que más tarde le condujeron a una serie de estrechos y largos pasillos, cruzándolos con gran precaución pues sabía que estaban llenos de las trampas más mortales que el hombre podría cavilar. Atravesar los corredores de la Torre de la Muerte sin los conocimientos adecuados o sin la debida salva custodia desembocaba sin lugar a dudas en el destino más horrible que pudiese ser imaginado: chorros de un ácido tan corrosivo que convertía al más grande de los guerreros en un amasijo de carne supurante; pozos de interminable descenso cuyo final terminaba abruptamente en una serie de estacas punzantes untadas con veneno de serpiente; muros deslizantes que aplastaban en un abrazo mortal hasta convertir en polvo los huesos del desdichado objetivo; criaturas horribles que esperaban la oportunidad de salir de sus jaulas para abalanzarse hambrientas sobre sus presas y devorarlas entre terribles aullidos de angustia y dolor; y así, hasta muchas otras trampas más que servían como protección a la Hermandad Oscura, la más temible secta de asesinos del reino, tan aterradora era la simple mención de su nombre que nadie osaba decirlo en voz alta, sólo entre susurros.