Lo lógico es empezar presentándonos, diciéndonos quiénes somos, qué hemos hecho y cosas por el estilo. Pero lo cierto es que aún no somos gente importante, así que… ¿qué más da todo eso? ¡Seguro que ni os importa! Os bastará con saber que somos dos editores (Jorge y Cris) y cinco autores-colaboradores (Ana, Eleazar, Diego, Carlos y Ramón). ¡Y nos gusta leer, escribir y las novelas divertidas, y, a ser posible, baratas! Básicamente de esas tres aficiones surgió nuestra revista: Ánima Barda. Un día, cuando uno de nosotros terminó de leer el libro de Solomon Kane, dijo: “¿Por qué ya casi no hay revistas pulp?”, y al día siguiente ya la estábamos montando.
Soñé que estaba en mi casa, pero solo era mi casa por dentro, por fuera era un enorme caserón victoriano con buhardilla, una gran puerta enrejada en la entrada y grandes y pesados faroles colgando de adornos de metal. En el hueco de la escalera vi una pequeña puerta que no había visto nunca. El tirador estaba oxidado y me costó mucho abrirla; cuando lo conseguí, me encontré en una pequeña sala llena de telarañas y con un angosto pasillo al fondo. Lo seguí y me llevó a una minúscula habitación amueblada como una sala de estar muy anticuada. Cuando me acerqué a la mesa camilla que había en el centro de la salita, me sobrecogí al ver de perfil que, en uno de los sillones, había un cadáver.
Resulta curioso el efecto que produce en la gente decirle que eres un escritor pulp. La mirada que sigue es como de… «¡Cielo Santo; este señor se ha olvidado de tomar la medicación!»; algo que me tomo con humor, aunque procuro que no se note. Hace unos cuantos meses cayó en mis manos, mejor dicho, en mi pc, una imagen en la que se podía observar como Lovecraft esbozó las ideas básicas de su novela «En las montañas de la locura» (At the Mountains of Madness: Fuente, Slate.com), en el interior de un sobre reciclado (ver imagen abajo). Todo un galimatías imposible de descifrar, excepto para su autor, claro está, y con el que me sentí plenamente identificado. A raíz de dicha imagen comencé a darle vueltas a una cuestión personal. El caso es que, hace ya muchos años, no concluí mis estudios de doctorado por falta de convicción, y por falta de tiempo. Me limité a adquirir la suficiencia investigadora, y directamente me puse a trabajar, mandando al cuerno los estudios. No me gusta dejar las cosas a medias, y ahora, después de los casi cuatros años que Relatos Pulp lleva online, y con toda la experiencia y conocimiento que hemos acumulado entre todos, puede que no sea una mala idea darle a todo esto un enfoque científico. O al menos intentarlo, a ver que sale de aquí.
Esta vez vamos a echar un vistazo a uno de los géneros pulp más espectaculares de cuantos hayan existido, en el sentido estricto de la palabra, de eso no hay duda. Las “Movie Magazine”, “Movie Pulps”, “Film Fan Magazines”, “Fan Magazines”, o lo que es lo mismo “Revistas de Cine”, son el género pulp propio de la farándula, las celebridades, los famosos, y todo tipo de historias, dramáticas, fantasiosas o atrevidas, que tenían a los estudios de Hollywood como telón de fondo. Si bien a finales del siglo XIX y principios del XX existían algunas publicaciones relacionadas con el mundo del teatro, junto con otras más o menos dedicadas a las diferentes perspectivas, y posibilidades que ofrecía el revolucionario invento de los hermanos Lumiere, no fue hasta la aparición de las míticas revistas Photoplay (1911), o Motion Picture Story (1911), cuando se dio el pistoletazo de salida a toda una serie impresionante de publicaciones, las cuales han ido evolucionando hasta nuestros días. Revistas que, asimismo, tuvieron su réplica en España con títulos como Cinopolis (1920), Cine Popular (1921), o Astrolandia (1934).
Hoy vamos hablar del que probablemente sea uno de los asuntos más polémicos entorno a la pulp fiction, la creatividad pulp al fin y al cabo. No es difícil encontrar afirmaciones como las que utilizamos para encabezar el artículo «Ficción Pulp, sexista, racista y pura basura», poniendo a parir la literatura pulp, y lo que es peor, señalando a sus consumidores con el dedo acusador, como si fuesen la niña del exorcista; obligándoles a sentirse mal por el simple hecho de tener una revista o novela pulp entre sus manos. Y ya no digamos de los artistas y escritores que hay detrás: alcohólicos, pendencieros, misóginos, psicópatas, pecadores, y junta letras fracasados; estos son algunos de los calificativos más habituales, pero no los únicos. Sin embargo, es necesario matizar la cuestión antes de condenar a la hoguera todas estas revistas, en un ataque de bilis quijotesca. Y además, tampoco debemos soslayar la importancia que han tenido dentro de un contexto social proclive al cambio, donde en pocos años se pasó del analfabetismo rural, al interés por descubrir nuevos mundos a través de la lectura, en la pujante sociedad cosmopolita de los años veinte. Sacar las cosas fuera de contexto nos llevará, irremediablemente, a cometer un claro error de perspectiva.
Pocas veces en mi vida he sentido la extraña sensación de cabreo absoluto, mientras estoy viendo una película, y no porque me sienta engañado, o porque me arrepienta de haber perdido tiempo y dinero, sino que me refiero a un tipo de cabreo muy distinto, al de no entender absolutamente nada, y sentirte rabioso porque quieres entenderlo. «La cabaña en el bosque» (The Cabin in the Woods, dirigida por Drew Goddard, 2013) me la ha jugado desde un principio. Tengo la costumbre, buena costumbre, de procurar saber lo menos posible de una película antes de verla, y por las pocas imágenes de un tráiler pasado a doble velocidad, y la sinopsis que acompaña a la carátula, pensé que se trataría de otra vuelta de tuerca con adolescentes perdidos en el bosque, luchando por sus vidas, a medio camino entre Cabin Fever, y Posesión Infernal. Sin embargo, tras los primeros compases, es obvio que algo no cuadra, y el hecho de no entender de qué demonios iba la película, con el paso de los minutos mi cabreo iba en aumento. Si no la has visto, mejor no sigas leyendo. Ahora entremos al detalle.
Querido lectores de Relatos Pulp, ha pasado un año desde que os ofrecimos nuestro recopilatorio especial Halloween Tales 2012. Ebook Gratuito, y, por la parte que nos toca, hemos hecho todo lo posible para no faltar a la cita, una vez más. Para muchos de vosotros todo esto no es ninguna sorpresa, sobre todo si sos asiduos seguidores de nuestros foros. Porque ahí es donde hemos realizado el correspondiente taller literario, en base a la convocatoria que lanzamos en el mes de septiembre: Taller Literario Halloween Tales 2013 Así pues, fruto de un más que interesante trabajo colectivo, hoy, 31 de octubre, tengo el placer de presentaros a nuestra demoníaca criatura, para que la disfrutes en la noche de Halloween.